El anciano dictador cubano Raúl Castro podría fallecer sin rendir cuenta por crímenes de lesa humanidad de los que ha sido acusado a lo largo de más de 60 años de dictadura comunista en Cuba, alerta el diario estadounidense The Washington Post. Una columna publicada en el medio detalla que con Raúl podría pasar igual que con Fidel Castro, que falleció sin haber sido juzgado por crímenes contra los derechos humanos.
Charles Lane, redactor editorial del Post, informó que, de haber un cambio hacia la democracia en Cuba, se debería aplicar un proceso de transición parecido al que ocurrió en Chile, El Salvador, Sudáfrica y Europa del Este.
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Sin embargo, la salida de Raúl Castro del poder, estuvo “bien planificada” para evitar dar pie a este proceso. Esta columna sale a relucir luego de que el diario ABC de España informara que el anciano dictador padece de cáncer de esófago y recto, además de cirrosis hepática.
Despite the grandfatherly image Raúl Castro has cultivated in later years, along with that of a would-be “reformer,” he has more than a little blood on his hands, Charles Lane writes https://t.co/le9YzyGIOH
— Washington Post Opinions (@PostOpinions) April 22, 2021
“La transición de Cuba acerca a Raúl Castro, de 89 años, al día en que él, al igual que su hermano Fidel, quien le entregó a Raúl el control político total en 2011 y falleció a los 90 en 2016, puede morir sin tener que rendir cuentas por lo que hizo. en poder”, dice Lane.
El periodista afirma que Raúl Castro tiene “más que un poco de sangre en las manos” y recuerda los días en los que estuvo en la Sierra Maestra, como la fotografía en la que se ve le ve colocándole la venda en los ojos a un presunto traidor antes de ser fusilado.
Raúl Castro presuntamente supervisó la ejecución de 70 ex policías y soldados de Batista, cuyos cuerpos fueron arrojados a una zanja, además de participar en la creación de los campos de concentración llamados UMAP, dirigidos por las fuerzas armadas, bajo su mando.
“No existía tal justificación para los campos de trabajos forzados en los que 35 mil cubanos, en su mayoría hombres homosexuales, testigos de Jehová y otras personas consideradas necesitadas de reeducación por el trabajo, fueron internados entre 1965 y 1968. Las condiciones eran brutales; unos 70 murieron por tortura y 180 se suicidaron”, recuerda Lane.
Raúl Castro y la violencia en otros países
El columnista recuerda además que Raúl Castro era ministro de Defensa de Cuba cuando en la década de 1970 envió tropas cubanas a Etiopía para proteger a la dictadura marxista.
“Apoyaron al régimen en Addis Abeba mientras su líder, el teniente coronel Mengistu Haile Mariam, masacró a 10 mil oponentes durante el “Terror Rojo” de 1976 a 1978, y mientras cientos de miles murieron de hambre debido a la colectivización forzosa de la agricultura en Mengistu a mediados de la década de 1980″, indica el artículo.
De regreso a Cuba, en 1989 fueron fusilados Arnaldo Ochoa, el General de División de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), el coronel del Ministerio del Interior Antonio de la Guardia; el capitán Jorge Martínez, de las FAR; y el mayor Amado Padrón, del MININT, todo esto bajo el mando de Castro.
¿Pagará Raúl Castro por sus crímenes?
