La escasez de combustible en la provincia de Villa Clara, Cuba obliga a que vuelvan a echar mano a medidas de hace casi tres décadas, como la movilización en bicicletas. Esa compañera de dos ruedas, de tiempos del Periodo Especial, vuelve a fabricarse en la isla cuando la falta de combustible golpea a la nación, dependiente en gran parte de los “regalos” de Venezuela, que se han reducido sustancialmente en los últimos años.
Desde el Ministerio de Transporte, la solución para el transporte público a la que decidieron apostar fue a la fabricación de bicicletas con presupuesto estatal, teniendo una primer lote de mil que comenzaron a ser ya ensambladas. Una de las propuestas es con los ingresos obtenidos por la venta de triciclos y bicicletas eléctricas, poder cubrir los costos de producción de bicicletas mecánicas que serían ofertados en moneda nacional en Cuba.
De acuerdo al director adjunto de Ciclos Minerva, David Rodríguez Seijas, las partes metálicas son fabricadas en Cuba pero todo lo demás es importado de China. La versión oficial indica que estas unidades estarán priorizadas para las universidades de Cuba, siendo aún la producción insuficiente para surtir el mercado desabastecido durante los últimos años, haciéndose necesario además ofrecer repuestos para las bicicletas.
Las bicicletas en Cuba se convirtieron en el método de transporte por excelencia de las familias de la isla durante años y, sin esperanza de que el panorama mejore, continuarán siéndolo por un largo periodo no solo en el interior del país, sino en la propia capital de La Habana, que no escapa de la escasez de combustible y se ha visto afectada por la reducción del transporte público.
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Redacción Cubanos por el Mundo