El señor Roberto Fidel Martínez Sotolongo es un anciano cubano que lleva más de 10 años esperando por una respuesta del régimen porque su casa se cayó y no tiene donde vivir.
El anciano, de 74 años, ha tenido que dormir durante todo ese tiempo, donde se le hiciera de noche, y a pesar que ha ido muchas veces ante los entes competentes no recibe ninguna respuesta favorable.
“Dormía donde me cogiera la noche, lo mismo en una guagua, que en una ponchera, que en un parque, pero eso nunca le interesó”, expresó.
El señor Roberto le contó a Cubanet que vivía en la barriada del Palenque, en La Lisa, en la capital cubana, pero después de que su casa se desplomó le tocó salir de ahí y buscar donde pasar las noches porque no encontró “ayuda” por parte de la tiranía.
“Desde que se me cayó la casa todos los días iba a Vivienda y siempre era un peloteo, que si ven mañana, que si ven pasado y nunca me han resuelto nada”, expresó.
El anciano cubano contó que hace aproximadamente ocho años, una de las funcionarias castristas que lo atendió le dijo que sus papeles se habían mojado y desaparecieron, y que por ese motivo él no tenía derecho a nada.
En otro ente castrista también recibió una respuesta negativa, pues en la Dirección de Albergue le dijeron que como su casa no tenía propiedad, no podía reclamar nada.
“Siempre les expliqué que, como era un barrio insalubre, no tenía propiedad, pero les enseñé el carnet de identidad y la libreta (de racionamiento) que corroboran que yo viví ahí. De todos modos no les valió de nada”, insistió.
Manifestó que en muchas oportunidades les enseño a las autoridades castristas documentos que demuestran que vivió en su casa por más de 60 años hasta que ésta se vino abajo, pero “no le creían”, lo que realmente era una excusa para no ayudarlo.
Además, se quejó ante las autoridades del régimen porque el terreno de su casa estaba habitado y lo que le respondieron fue que ese espacio fue entregado a esa persona y que no tenía nada que ver con él.
Actualmente el anciano fue recogido por un familiar lejano que le dijo que podía tenerlo en su casa por un tiempo, mientras tanto exige una respuesta de la dictadura que abandona a los ancianos, y pide ayuda ante su situación, por la que lleva años esperando.
“Están esperando que me muera para que no reclame más”, lamentó.
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Redacción Cubanos por el Mundo