Ejemplos y mediciones de la pobreza en Cuba abundan pero no por eso dejan de sorprender. Y en ese proceso, todavía hay testimonios crédulos de la “revolución” como el de un campesino cubano, que al ver la llegada de carne de res a su comunidad, se siente complacido por la “grandeza” que según demuestra luego de varias décadas, poder comprar nuevamente un trozo de carne de res en Cuba.
La prensa oficial califica la llegada de la carne de res a Guantánamo como un “acontecimiento inédito”. Los pobladores en El Silencio, como el citado campesino en Cuba, se sienten felices de esa res que finalmente llegó para consumir un poco de carne.
El hombre, de avanzada edad, asegura que antes del anuncio del régimen cubano había dicho a sus vecinos, que muy pronto estarían comiendo carne de res, aunque a su alrededor se mostraban incrédulos. ” La revolución es muy grande y yo confío en ella. Y por tanto, aquí tenemos la carne de res”.
Dos cabezas de res llegaron a esta comunidad en Cuba. Una de ella iba para la familia productora de la carne, la otra de venta para la población guantanamera. Cada animal debe llegar con un certificado de veterinaria. Tras la inspección, se procede al sacrificio.
Otra cubana, del mismo poblado, deja caer la responsabilidad de que haya carne en Cuba sobre los productores para que ellos, a cuentagotas, puedan consumirla.
“Que se esforcen (esfuercen) todos los demás campesinos para cumplir con la leche, la carne, y nosotros poder disfrutar de todos los beneficios, dice otra cubana.”
Pero sí, desde el ojo de los ganaderos, esto podría ocurrir. “Para mí es una gran decisión que va a incrementar la ganadería en Cuba, porque se va a estimular a los productores. Esto era una sorpresa, no esperaba esto y me siento muy contento”, comenta un productor desde Guantánamo.
Redacción Cubanos por el Mundo