La presión popular surge efecto y eso lo confirma la decisión del régimen cubano de habilitar algunos hoteles en Matanzas como centros de aislamiento en medio de los altísimos indicadores de COVID-19 en la provincia y a nivel nacional. La saturación de los ya deprimidos hospitales cubanos, aunada a toda la tragedia que viven a diario sus ciudadanos, sirvió de caldo de cultivo para que miles salgan a manifestarse contra el castrismo.
Sin precisar cuáles hoteles estarían disponibles, el impuesto gobernador de Matanzas, Mario Sabines Lorenzo, dijo que algunos hoteles serían convertidos en centros donde se ingresarían casos confirmados de coronavirus, incluyendo habilitar capacidades para recibir también a pacientes pediátricos.
En medio del colapso de los hospitales, con pasillos, salas de espera y pacientes hasta en las afueras de las instituciones, los cubanos condenaban en redes sociales que no se habilitaran los hoteles del país, a los que el régimen invierte grandes cantidades de dinero, sin que se corresponda con la llegada de turistas al país.
Se esperan además a partir este lunes nuevas medidas para “contener la propagación del virus”, aunque la situación estaba descontrolada mucho antes de las manifestaciones. También se esperan otras disposiciones en torno al transporte en la provincia.
Las condiciones de los centros de aislamiento en Cuba fueron ampliamente denunciadas por los cubanos a través de sus redes, mostrando cómo debían permanecer durante su estancia bajo hacinamiento, expuestos a otras enfermedades, con pocos o ningún alimento y sin tan siquiera higiene en los baños.
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Redacción Cubanos por el Mundo