Cuando una crisis como la del coronavirus se une a la frustración de tener un sistema de salud precario que no hace nada por sus pacientes, el resultado es catastrófico. Un cubano identificado como Lenier Miguel Pérez, relató como él perdió a su esposa y bebé no nacido el mismo día debido a complicaciones relacionadas con la COVID-19 en Matanzas, Cuba.
En entrevista con la cadena BBC, el cubano afirmó sentir “rabia” y “dolor” por la pérdida de su esposa embarazada con su segundo hijo, a quien esperaban con tanta ilusión.
Aparte del dolor de perder a su amada, Pérez debe lidiar con la frustración de haber hecho hasta lo imposible para que su mujer mejorara, pero debido al colapso hospitalario en Cuba, que se hace llamar “potencia médica2 sus esfuerzos se vieron siempre truncados.
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Lydda María Rivero, de 28 años estaba a punto de dar a luz al segundo bebé de ambos, cuando comenzó a complicarse con la COVID-19. Todo comenzó cuando el niño de 4 años de ambos, comenzó a presentar los síntomas de la enfermedad.
“Al otro día mi mujer y yo corrimos con él al policlínico para descartar lo que sucedía. Le hicieron un test rápido y dio positivo a coronavirus”, agrega que eso fue el 22 de junio de 2021.
Durante la hospitalización, él se quedó con el niño ya que por el estado de su mujer, era mejor que no se expusiera a contagiarse. Recuerda que en el caso de su hijo, tuvo que esperar todo un día para que pudiera ser llevado a un hospital porque no había camas.
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“23 de junio. Todo el día esperando y nada. Ni una visita de un doctor. (Había) un padre rabiando de dolor, era positivo (al coronavirus) y no había nada que darle de tratamiento”, dice.
Según recuerda, ese día, sobre las 10:00 pm, llegó un bus para trasladarlos finalmente al hospital, pero cuando llegaron, no había espacio para los menores.
Cuenta que una doctora que estaba de guardia les informa que el hospital estaba colapsado y que ni siquiera había cama para los niños.
“Solo podemos dejarlos en el pasillo a esperar a que le den altas a los que están (ingresados) para poderlos ubicar. No se sabe si es en la mañana o en la tarde o al otro día, porque todo está lleno”, dijo la doctora en ese momento.
Él y su hijo decidieron no quedarse y continuaron buscando un hospital que los recibiera, hasta que a las 8:00 am del siguiente día, consiguieron cama en uno de los hospitales.
Dice que entonces estaba más tranquilo, hasta que recibió un mensaje preocupante de su esposa: ella, también, se había comenzado a sentir mal.
La pérdida del cubano de su esposa su bebé por COVID-19
Le pidió que fuera a un médico, ella lo hizo. Le hicieron un test rápido que arrojó un resultado negativo, sin embargo siguió con los síntomas. Decide entonces ir hasta el policlínico una vez más.
“Estuvo un día (esperando) en el policlínico porque le dijeron que había una cama para ella en Maternidad en Matanzas, pero no había en qué trasladarla. La trasladan al otro día en la mañana. Le llevan al hospital de Maternidad y bum…No hay cama para la embarazada. Se la llevan al Faustino (otro hospital), llega, le hacen un test rápido y le da positivo. Para atrás de nuevo. No podía estar en el Faustino porque dio positivo”.
Al no haber camas disponibles, la enviaron a un centro de aislamiento, donde no existen las condiciones para albergar a enfermos de COVID-19.
“Ahí pasó hambre, dolores, malestares. Atendían a las embarazadas en la misma cama porque no había dónde. Se bañaba con agua fría, lo cual le avanzó más la neumonía que le descubrieron a última hora antes de su fin. (Tenía) falta de aire y no había boquilla para poder darle aerosol a ella, asmática y embarazada. No podía más y la trasladan al Faustino de nuevo porque ahí en donde estaba no había condiciones de nada. Eso era un infierno”.
Luego fue llevada a un hospital militar, donde tuvo mejores condiciones, pero ya era demasiado tarde, su salud se había agravado considerablemente.
“De repente le encuentran que tiene neumonía y seguían las crisis de asma y le ponen medicamento, a esperar 72 horas. Martes 6 (de julio) muere, no aguantó tanta espera y sufrimientos de tantos días anteriores. Primero con lo del niño y después con ella”.
De esa manera, es como este cubano perdió a su esposa y bebé en un mismo día por la COVID-19 en Matanzas, Cuba, una de las provincias más afectadas por el brote actualmente. Ahora en una urna, carga las cenizas de su amada y de su hijo no nacido.
Redacción Cubanos por el Mundo
