La verdadera potencia médica en Cuba de nuevo en evidencia. En la provincia de Camagüey, Cuba, una niña de apenas cinco años de edad, murió debido a una negligencia médica en el hospital provincial, al cual ingresó con mucho vómito y “decaimiento” según información suministrada por los familiares de la hoy occisa.
Según nos comenta su tía, Yanelis Barrameda, la menor, identificada como Lía María, falleció a las 9:30 de la noche en el pediátrico de Camagüey tras una lucha con los médicos para que le hicieran unos exámenes y saber qué era lo que estaba ocurriendo con ella.
“Pensábamos que podía tener parásitos porque no quería comer y cada vez que mi hermana iba a consultorio de la familia nunca estaba la doctora. Mi hermana le da un yogurt y la niña lo vomita, perdiendo incluso la fuerza en las piernas y es cuando se la llevan al pediátrico de Camagüey”, declaró la tía de la niña.
Cuando su hermana llega al hospital exige que se le hagan análisis a la niña, pero estos presuntamente se negaron, ya que los exámenes y otros insumos, estaban destinados para pacientes con la COVID-19 y otros considerados de “prioridad”.
“Le dicen que los análisis solo son para los niños ingresados, entonces es cuando hablan con un contacto médico y ese contacto habló para que ingresaran a la niña”.
Una vez ingresada la niña, comenzó con un fuerte dolor de estómago y le dice a su mamá que tenía un fuerte dolor de cabeza. “Al rato le ponen suero para hidratarla y una raditidina, pero mi hermana notaba que la niña no mejoraba”.
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La tía informó además que la menor fue colocada en una sala donde había niños con la COVID-19, lo que elevaba aún más el riesgo de contagio.
“En el cubículo donde pusieron a la niña no había ni bombillo, mi hermana tenía que usar la luz de su teléfono para verle la cara. Incluso la niña tuvo un vómito y ni siquiera llegaron a limpiar”.
La única médico que se encontraba en la sala le dijo a la mamá que tenía que tener “paciencia” y que debía esperar a la especialista que vería a su niña, pero entonces comenzó lo peor.
La menor botó espuma por la boca e hizo convulsiones. La cambiaron a otro cubículo y en ese no había oxígeno, por lo que tuvieron que buscar en otra sala, todo esto mientras la salud de la niña empeora más y más.
“Todo esto fue en minutos. La niña no reacciona, llaman a intensivo e intensivo no contestaba y cuando la llevan a intensivo, murió”, afirma la tía. “De los tres exámenes que le enviaron a la niña, solo le hicieron uno, los otros dos quedaron pendiente”.
La tía detalla que no le pudieron hacer todos los exámenes porque “había una cola grande” para realizarlos. En el caso de los médicos, ninguno pudo decirle de qué murió la niña exactamente.
Pero el dolor de esta madre de perder a su niña no terminó allí. Para trasladar a la menor desde la morgue a la funeraria fue toda una odisea, ya que primero las cajas que ofrecían no eran del tamaño correcto.
Luego, en la funeraria no había espacio para colocar a la menor, ya que estaba colapsada. “Tuvieron que velarla en el pasillo de la funeraria”, detalla su tía.
El colapso de los servicios hospitalarios y fúnebres es una muestra de que Cuba no está ni cerca de ser la “potencia médica” que el régimen dice ser.
Redacción Cubanos por el Mundo
