Ana Rosa Furones Durán, es la ciudadana cubana de 52 años de edad diabética e hipertensa que, denunció a través del Observatorio Cubano de Derechos Humanos abandono por parte del régimen mientras enfrentaba a la COVID-19.
Furones Durán quien además cuenta con un solo riñón, es la prueba viviente de la apatía por parte de las autoridades castristas contra una población que con el paso de los días se enfrenta a la miseria, el hambre y la pobreza que se vive en la isla producto de los más de 60 años de “revolución” castrista.
Según la información suministrada por Ana Rosa quien reside en el municipio guantanamero de Baracoa, tanto su hijo como ella dieron positivos al coronavirus y fueron llevados a centros asistenciales diferentes.
“A mi hijo lo llevaron a un centro de aislamiento y a mí me llevaron para Guantánamo”, dijo Furones Durán tras asegurar que, el trato recibido en el hospital de Guantánamo fue “bien malo”.
“Me tiraron en una esquina como una perra y yo con un pie enfermo, estuve tres días allí, ni me medicaron, ni nada, me mandaron para acá para Baracoa para que me vieran el pie”, contó la mujer.
Ana Rosa tiene 52 años, es diabética, hipertensa y tiene un solo riñón; pero NO cuenta con ninguna ayuda social del gobierno cubano.
#Cuba no es como te la cuentan
Ayúdanos a decir la verdad #soscuba #cubamuere pic.twitter.com/hlmB51Atai— Observatorio Cubano de Derechos Humanos (@observacuba) September 20, 2021
Cubana diabética: “A mi caso no se le da solución”
Ana Rosa Furones Durán relató que, debido a la diabetes que sufre, se le llenó un pie de pus, padecimiento del que fue tratada cuando estuvo en el hospital de Baracoa en la sala de COVID-19.
“El médico del pie me trató bastante bien, pero en la sala del COVID-19 eran las 3 de la tarde y el almuerzo no estaba”, denunció.
Debido a la falta de atención médica en el hospital de Baracoa, Ana Rosa decidió abandonar el mismo, “ahí estoy con el pie todavía, sola, sin familia y sin nada”, añadió.
“Yo tengo pila de años de ser diabética, hipertensa y tener un solo riñón, tengo un hijo preso y tengo un universitario y mi caso no se le da solución, para yo poder comprar la comida tengo que vender una para poder comprar la otra. Tengo 9.1 de hemoglobina y estoy llena de necesidades, de problemas y a mucha gente que no merece una chequera se la han dado y a mí no”, aseveró.
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Redacción de Cubanos por el Mundo.