El opositor cubano Virgilio Mantilla Arango, detenido arbitrariamente por el régimen castrista desde julio, cumple 12 días en huelga de hambre en la prisión de Cerámica Roja, en Camagüey, donde fue aislado en una celda de castigo.
A finales de octubre, el líder de la Unidad Camagüeyana se declaró en huelga de hambre en señal de protesta por la sentencia de tres años y tres meses de privación de libertad que le impuso el régimen, por el supuesto delito de “daños a la propiedad”. Un absurdo delito inventado por el castrismo luego de enterarse que el opositor entregó carteles por la libertad de Cuba en las calles de su ciudad.
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Su esposa, Ángela Emilia Nodal Hernández, declaró a Radio Martí que Virgilio Mantilla Arango “se mantiene en lo mismo, en la misma condición: no quiere comer, sigue ‘plantado’ porque él no está de acuerdo con los tres años de la sanción”.
Según la dama, el proceso de apelación dura un mes. “Me mandó a decir que no apelara, que no hiciera nada, que él no iba a cumplir ni un año de esa sanción”, expresó.
Salud de Virgilio Mantilla continúa deteriorada
Nodal Hernández explicó que tuvo una conversación telefónica con el coronel Tony Blanca, director de la prisión Cerámica Roja, el cual le informó que Virgilio Mantilla Arango “se mantiene igual, que estaba débil”, sin embargo sigue en huelga de hambre por sus derechos.
Explicó que debido a su huelga de hambre y posterior aislamiento, Mantilla Arango “no tiene derecho al teléfono, a las visitas, que ahora le toca”, y explicó haberle “pasado los medicamentos”.
El opositor, que sufre de padecimientos crónicos en la columna vertebral, continúa con dolores y molestias, agravados por las casi dos semanas que suma sin ingerer cualquier tipo de alimentos.
“Yo estoy bien preocupada. Entonces, mañana, voy para allá (a prisión) otra vez, con el papá, porque yo quiero que me lo dejen ver, aunque sea diez minutos”
puntualizó Ángela Nodal Hernández
Virgilio Mantilla Arango, de 51 años y serios problemas de salud, ha sido condenado en tres ocasiones por razones políticas, que han encubiertas con delitos comunes por el castrismo que busca silenciar a los opositores antillanos.
Redacción Cubanos por el Mundo