A menos de un año de su aplicación, el (des) ordenamiento monetario en Cuba o la llamada Tarea de Ordenamiento, es todo un fracaso y el propio régimen lo reconoce al pedir “rectificación”.
La Tarea Ordenamiento tuvo una planificación de más de 10 años y su ejecución significó un duro golpe para los cubanos, ya que su poder adquisitivo, que ya era poco, quedó aún más golpeado.
El Primer Ministro puesto a dedo de Cuba, Manuel Marrero, presentó su rendición de cuentas 2021, donde dejó saber el fracaso que ha significado la tarea ordenamiento y admite además que no se “logró” en su totalidad.
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El plan de Marino Murillo, conocido como el “zar” de la fracasada economía socialista, fue todo un fracaso y ahora Marrero ve necesario “rectificar y adoptar nuevas decisiones sobre varios elementos de su diseño inicial”.
El “premier” de Cuba no informó cuáles cambios serán aplicados ahora en el (des) ordenamiento monetario, pero advirtió que serán “inminentes”, ya que existe un cronograma de 33 actividades que deben cumplirse entre noviembre y febrero de 2022, es decir, ya.
Esto quiere decir que algunas de estas actividades ya han sido puestas en marcha y los cubanos no se han enterado.
El informe describe que los objetivos de la Tarea Ordenamiento eran otorgar al peso cubano “el papel que le corresponde como centro del sistema financiero” eliminando la dualidad monetaria, transformar los ingresos de la población y eliminar gradualmente los subsidios excesivos y gratuidades, pero estos no se han cumplido.
Pero solo ha empoderado la moneda extranjera, especialmente el tan criticado dólar estadounidense.
Además, detalla que entre los problemas que han detectado con el (des) ordenamiento monetario existe el establecimiento de precios excesivos por parte de los actores económicos de Cuba, falta de correspondencia entre estos y los niveles de calidad de los productos o servicios, la mayoría de ellos controlados por la dictadura comunista.
Redacción Cubanos por el Mundo
