El balsero cubano Yunier Gutiérrez Cervantes, uno de los trece antillanos que intentaron salir de Cuba el pasado domingo por Playa Baracoa, Artemisa relató a Radio Televisión Martí lo que sucedió cuando fue agredido por los guardacostas, quienes impidieron la salida de los antillanos.
El joven cubano contó al medio antes mencionado que, los oficiales guardacostas le dispararon “a un metro de distancia y a quemarropa”, con una bala de goma, la cual le ocasionó una profunda herida en la frente.
“En ningún momento nos dijeron levanta los brazos, o alto, nada”, aseveró el balsero cubano, quien además relató que, él junto a sus compañeros le pedían a los oficiales que los dejaran seguir adelante “y ellos nos respondían que no, que por su parte no iban a dejar que nosotros saliéramos”.
Gutiérrez Cervantes indicó que, solo habían avanzado 2 millas desde la costa cuando la lancha de los guardacostas comenzó a darle fuertes golpes a la embarcación donde iba con el propósito de hundirla.
“De los 13 hubo otro perjudicado, porque tiraron una soga larga al agua con una boya que pesaba, y cuando la soga pasó lo cogió por el cuello, y lo quemó”, añadió Cervantes.
Balsero cubano permaneció dos horas con la herida de la frente abierta
Según contó este balsero cubano, luego de ser detenidos por los guardacostas fueron trasladados con esposas a una marina en el municipio Playa, de La Habana, donde luego de dos horas los llevaron al Hospital Militar, ubicado en el municipio habanero de Marianao. En ese lapso de tiempo el antillano permaneció con la herida de la frente abierta.
“Ahora mismo tengo dolores de cabeza que no se me quitan. En el hospital me lo sacaron todo. Eran juntas de goma y pólvora, algo así”, aseveró.
Yunier Gutiérrez Cervantes dijo que, después de ser “atendidos” en el hospital fueron llevados a un calabozo en el que apenas cambian y en el cual debieron permanecer toda la noche con la ropa mojada.
“El lunes en la mañana nos pusieron 3 mil pesos de multa, a cada uno, por salida ilegal, y después nos soltaron”.
Tanto el balsero cubano, como su primo, Amir Arévalo Araluce, quien también intentaba salir del país, decidieron tomar la decisión de arriesgar sus vidas en el mar para buscar un mejor futuro para sus hijos pequeños, ya que en Cuba “la cosa esta muy dura”.
Redacción de Cubanos por el Mundo.