El joven cubano Brandon David Becerra, secuestrado por el régimen por expresarse pacíficamente durante el 11J, será juzgado el próximo 17 de enero, y lo harán sin testigos en su defensa.
Así lo denuncio su madre Yanaisy Curbelo, a Radio Martí, quien agregó que actualmente su hijo está recuperándose de la hepatitis que lo aquejó hace algunas semanas.
Según la mujer, la excusa que utilizó la dictadura para quitarle los testigos al joven Brandon, fue la COVID-19, quienes le indicaron que solo se permitiría un familiar en la audiencia privada.
“Solo a él le denegaron a los testigos, no los citaron, que tenía tres y no los aceptaron. Dicen que como los juicios están siendo privados, y hay COVID-19, en eso se apoyan ellos. No hay testigos, eso me lo dice mi niño”,
contó Yanaisy Curbelo.
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Según Yanaisy, ya su hijo le había informado sobre esta situación luego de escuchar rumores dentro de la Prisión de Occidente, Guatao, donde permanece recluido Brandon Becerra junto a otros manifestantes del 11J.
Trascendió que ni siquiera el abogado de la víctima conocía de esta artimaña del castrismo. “Cuando llamé al abogado me dijo: ‘tengo una llamada de Fiscalía, y ahora voy a ver, porque me entero por ti’. El abogado no sabía nada. Yo no puedo creer que le hagan el juicio y no le avisen ni al abogado”, dijo Curbelo.
Cabe recordar que hace poco más de tres semanas, se conoció que Brandon presentó un delicado cuadro de salud, donde un ataque de vómitos lo debilitó de forma considerable; sin embargo, esbirros castristas se negaron a llevarlo hasta un centro médico y lo amenazaron con trasladarlo a una celda de castigo si su mamá denunciaba este hecho.
Sobre Brandon Becerra puede caer una absurda e indignante condena de 18 años de cárcel, únicamente por reclamar un mejor futuro tanto para él como para todos los habitantes de Cuba.
Redacción de Cubanos por el Mundo
