El joven preso político y manifestante del 11J, William Leyva Pupo, lleva casi dos semanas en huelga de hambre en la cárcel y, producto de ello, ya ha perdido cuatro kilogramos de peso corporal y su salud se ha debilitado considerablemente.
Así lo contó la activista Salomé García Bacallao, afirmando que se enteró de esta situación por la madre de la víctima, Idelsys Pupo, quien hace pocos días pudo visitar al joven en la prisión.
“Idelsys Pupo pudo visitar a su hijo William Manuel Leyva Pupo, de 20 años y con antecedentes de esquizofrenia, que está plantado en prisión provisional en Holguín desde el día 14, cuando concluyó su juicio, y le reafirmaron la petición fiscal de 18 años de privación de libertad por el delito político de sedición”,
escribió Salomé García Bacallao en Facebook.
Dicha visita, afirma García Bacallao, fue por demás incómoda: solo pudieron conversar por hora y media, en una oficina con cámara y para colmo, con un custodio frente a ellos para escuchar todo lo que decían, como si se tratara del criminal más peligroso del mundo.
Trascendió que la mujer ya había sido citada en ocasiones anteriores para convencer a su hijo que abandonara la huelga de hambre.
“Después de 10 días de huelga se ha debilitado mucho, bajó 4 kilos y hubo que ponerle suero, pues él nunca se había plantado, nunca había estado preso, nunca había pasado hambre. Aun así sigue firme en sus ideas. No está comiendo nada de la prisión, ni está aceptando aseo ni atención médica”.
En su juicio falso, el manifestante del 11J fue el único que admitió que había participado en el estallido social de forma pacífica. “Dijo que estaba preso por defender su patria, porque quería vivir en un país libre. Él se declara preso político, pero no ha matado a nadie para tener una visita así”, resaltó Bacallao.
La activista también dio a conocer que, aparentemente, el joven preso político tiene la intención de alimentarse únicamente los insumos se los lleve su madre a la cárcel.
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Redacción de Cubanos por el Mundo
