Ni siquiera son capaces de respetar los momentos más sagrados: el activista y preso político del 11J, Francisco Rangel Manzano, tuvo que despedir por última vez a su padre bajo una fuerte presencia policial, como si del peor de los delincuentes se tratara.
La esposa del preso político, Regla Burunate, comentó a Radio Martí que en el funeral, los esbirros de la dictadura apenas si le permitieron a Rangel Manzano saludar a sus conocidos y recibir las condolencias por parte de los presentes.
Asimismo, trascendió que solo fueron dos horas las que Francisco Rangel Manzano pudo estar acompañando por última vez la humanidad de su progenitor.
Por si fuera poco, Burunate comentó que, cuando la familia se disponía a avisar a la Seguridad del Estado sobre el fallecimiento del hombre, recibieron como respuesta que “ya ellos lo sabían”, ¿cómo? claro está, interceptando las llamadas de los dolientes.
“Un primo de él (de Francisco) dijo que iba a llamar a la Seguridad del Estado. Cuando llamó, le comunicaron que ya ellos lo sabían, ellos toman todas las llamadas”,
dijo Regla Burunate
Entretanto, Francisco Rangel Manzano se enteró de la muerte de su padre horas después de lo ocurrido, y no fue hasta pasada las 10:00 de la noche que le permitieron asistir al velatorio.
“De Matanzas, lo trasladaron para la policía de Colón. De ahí, a las 10:20 de la noche, lo trajeron por dos horas. Vino con el director del Combinado del Sur y dos (individuos) vestidos de verde”,
reveló la mujer.
Según la misma esposa del preso político, los esbirros se sentaron en un sillón frente a Rangel Manzano, vigilándolo durante cada segundo que transcurría.
Cabe recordar que hace algunas semanas, Francisco Rangel Manzano, también miembro del Partido por la Democracia Pedro Luis Boitel, fue sentenciado a seis años de prisión por expresarse pacíficamente durante el 11J.
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Redacción de Cubanos por el Mundo