El preso político Juan Enrique Pérez Sánchez, secuestrado por la dictadura castrista luego de manifestarse pacíficamente el 11J, decidió plantarse en huelga de hambre con el fin de exigir justicia.
Esta situación está cerca de cumplir una semana, y su esposa, Dayana Aranda Batista, contó recientemente a Radio Martí que el hombre se encuentra actualmente en una celda de castigo en la prisión de Melena II, en Güines.
“Él está plantado sin comer. Se encuentra en una celda de castigo y tiene muchas razones para plantarse. Primero estuvo en la prisión del sida, pero desde que entró a esta, a los muchachos del 11J los maltratan mucho; viven amenazándolos y no reciben atención médica, los tratan como perros”,
reveló la mujer.
Aranda Batista agregó que también que los esbirros de la dictadura ordenan a reclusos comunes agredir físicamente a los manifestantes del 11J. Cabe mencionar que este tipo de situaciones también la han denunciado otros presos políticos a lo largo y ancho del territorio antillano.
Por si fuera poco, cuenta la mujer que al preso político le restringieron las llamadas telefónicas hace pocos días, y que, para colmo de males, no lo dejaron recibir la visita de su esposa en prisión.
“Estuve en la prisión, le tocaba su visita. Ni me dejaron verlo ni nada. Después de tanta espera, salió el segundo (jefe) de la prisión, y lo que hizo fue tratarme mal, echándonos a nosotros los familiares la culpa de que él se haya plantado”.
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Trascendió que este preso político padece de varias enfermedades que ponen en juego su vida, entre ellas asma, hipertensión, una hernia discal, además de antecedentes de intento de suicidio.
Juan Pérez Sánchez fue sentenciado por el aparato de injusticia del régimen a 12 años de cárcel por los falsos delitos de “atentado”, “desacato” y “desórdenes públicos”.
Redacción de Cubanos por el Mundo