La activista cubana Anamely Ramos asistió a la embajada de Cuba en Washington en busca de una respuesta sobre lo que le ocurrió cuando el régimen le prohibió entrar a Cuba.
Sin embargo, la cubana no recibió ninguna justificación valedera sobre esta situación, que le pasó, aunque ella tiene todos sus papeles en regla
“La respuesta del Estado cubano no es un favor que me harían, es su trabajo, por el que le pagan y la razón de que estén ahí en ese puesto. Si no van a atender a todos los cubanos, entonces simplemente no deberían estar ahí. Están, básicamente, ocupando un lugar y un poder ilegítimo”, escribió Anamely Ramos.
La curadora de arte explicó en una publicación de Facebook que llegó a la sede diplomática a las nueve de la mañana y no fue atendida aunque pasó el día en ese lugar.
“Cabe recalcar que yo he llamado y he mandado correo electrónico y no he recibido respuesta”, explicó Ramos en un post publicado en su Facebook.
Además expresó que el régimen cubano actúa en su embajada como fantasma, pues deja de funcionar cuando le conviene, y cuando asiste alguien “que no es de su agrado”.
“Ese edificio que parece decente está visibilizando un desastre de más de sesenta años, a los presos que se cuentan por cientos y que a nadie importan”, escribió Anamely.
La opositora cubana dijo que cuando se dieron cuenta de su presencia, los funcionarios castristas llamaron a la policía del “Servicio Secreto (de EEUU)” para reportar su presencia, pero aseguró que estos decidieron custodiarla al enterarse de su caso.
“Eso es una dictadura. A ver si las empresas y gobiernos aprenden a no escucharla tampoco”, denunció.
La activista cubana residió por un año en México mientras estudiaba un doctorado y luego visitó Miami.
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Redacción Cubanos por el Mundo