El preso político Juan Enrique Pérez Sánchez, quien hace dos semanas había iniciado una huelga de hambre en aras de exigir su libertad, abandonó la protesta debido a un deterioro que presentó su salud en los últimos días.
Así lo reveló recientemente a Radio Martí su esposa, Dayana Aranda Batista, quien contó haberse enterado de esta situación tras recibir una llamada telefónica de su propio esposo desde la cárcel, indicándole que la huelga de hambre fue abandonada desde el pasado sábado.
“Él me llamó ahora mismo, se desplantó desde el sábado, pero me acaba de llamar porque le dieron una llamada para que hablara conmigo dos minutos. Está muy débil, yo no podía oír lo que él hablaba porque hablaba muy bajito, lo sentí con falta de aire”,
dijo Dayana Aranda Batista.
Asimismo, aseveró que su esposo fue sacado de una celda de castigo donde lo mantenían, sin embargo, en la cárcel no le están brindando ningún tipo de atención médica. Cabe recordar que Pérez Sánchez fue trasladado la semana pasada desde el penal de Melena II, en Güines, hasta la cárcel de Quivicán.
Entretanto, el preso político le contó a su mujer que se encontraba internado en el Destacamento 4 del recinto penitenciario, donde permanecen los reclusos que aún no han sido enjuiciados y esos de considerados de alta peligrosidad que se enfrentan a largas condenas por delitos graves como el de asesinato.
En el mismo orden de ideas, es pertinente resaltar que el preso político Juan Enrique Pérez Sánchez ya fue sentenciado a ocho años de cárcel, únicamente por expresarse pacíficamente durante el histórico estallido social que marcó un antes y un después en la mayor de las Antillas.
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Redacción de Cubanos por el Mundo