Este martes falleció Aleida Godínez Soler, la agente de la Seguridad del Estado infiltrada en la disidencia cubana de finales del siglo XX y principios del XXI y que testificó en los juicios de la Primavera Negra.
La mujer pereció a consecuencia de un cáncer, según diferentes publicaciones en las redes sociales sobre su fallecimiento.
El presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Ricardo Ronquillo Bello fue una de las primeras personas en publicar en las redes sociales, sobre la muerte de la testigo de los procesos judiciales de la Primavera Negra.
En tal sentido, el funcionario lamentó “profundamente” la partida de la mujer que fue una de las colaboradoras del régimen para que se reprimieran a periodistas independientes y activistas, que fueron calificados como la Causa de los 75.
Este grupo fue injustamente juzgado en la llamada “Primavera Negra” de 2003.
“Hemos conocido de la muerte, a consecuencia de cáncer, de la compañera Aleida Godínez Soler, combatiente de la Seguridad del Estado Cubano que se infiltró entre la contrarrevolución cubana y develó sus trapisondas, servilismo y subordinación a los intereses yanquis, sobre todo en el ámbito mediático, bajo el simbólico nombre de agente Vilma. La Unión de Periodistas de Cuba, de la que era un miembro reconocido y la honró con la Distinción Félix Elmus”,
escribió Ronquillo Bello.
Vale recordar que, esta agente castrista decía que tenía una “tarea muy hermosa” al infiltrarse entre la sociedad civil cubana, que requería de “mucha responsabilidad, riesgos; te obliga a prepararte en todos los órdenes, a estudiar”, motivada por “defender la patria”.
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La mujer se escondió bajo una falsa fachada como la supuesta presidente de una organización sindical independiente, para entrar en el núcleo de actores independientes desde el año 1989 hasta el año 2003, para que la Seguridad del Estado organizara una masiva redada y los amañados juicios contra activistas y periodistas independientes de la “Primavera Negra”.
En una oportunidad, la agente confesó que fue fichada por la Seguridad del Estado en octubre de 1979, cuando estaba estudiando. Tenía 25 años y le ordenaron que cambiara su vida, para disfrazarse e infiltrarse en “grupos contrarrevolucionarios y convivir con ellos”.
Vale recordar que, la agente Vilma se convirtió en “el brazo derecho de la renombrada Martha Beatriz Roque, encargada de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil en Cuba; trabajó cerca de Oswaldo Payá Sardina y disfrutó de la confianza de dos jefes de la SINA, Vicky Huddleston y James Cason”, de acuerdo al sitio web wiphala.org.
Redacción de Cubanos por el Mundo
