Un preso político del 11J, recluido en la prisión de máxima seguridad de Guanajay, denunció recientemente las pésimas condiciones en las que permanece dentro de ese recinto penitenciario.
El preso político Yosnel Laferte Salazar recibió durante el día de ayer jueves la visita de su familia en la cárcel, y fue ahí donde les contó todo lo que estaba sucediendo en el lugar.
Así lo relató su madre, Isabel Salazar Cabrera, a Radio Martí, indicando que en la prisión de Guanajay hay una sobrepoblación que lleva al hacinamiento. “Hay 30 en el pasillo y cuatro en el cubículo”, precisó la mujer.
Además de tener que pasar todo el día prácticamente pegados los unos a los otros, el preso político le dijo a su progenitora que la comida que sirven en el penal es pésima, una situación que ya se ha denunciado desde otras prisiones a lo largo y ancho del territorio cubano.
No conforme con ser pésima, la ración de “alimento” que reciben los reos es minúscula.
“Dice mi hijo que la alimentación es pésima y aun así yo le llevé una pasta de bocaditos que le hice y no me permitieron entrarla a prisión Dicen que los alimentos elaborados de este tipo tienen que ser adquiridos en las tiendas por MLC”,
declaró Isabel Salazar Cabrera.
Trascendió también que los reclusos deben tener el pelo hasta tres centímetros de algo, un problema que pudo generarle problemas a Yosnel, según la misma mujer.
“Cuando estábamos en la visita, se le acercó a mi hijo uno de los guardias, interrumpiendo nuestra escasa privacidad, y hablándole al oído le dijo que estaba mal pelado, que tiene que pelarse más bajito y que iba a analizarlo. Dice Yosnel que tal vez le quieran quitar la próxima visita”,
dijo al medio citado.
Cabe mencionar que Yosnel Laferte Salazar fue detenido tras el estallido social del 11J, en Güira de Melena, y fue sentenciado a cinco años de cárcel por los falsos delitos de “robo con fuerza” y “desórdenes públicos”.
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Redacción de Cubanos por el Mundo