El estado de salud del preso político Walfrido Rodríguez Piloto, secuestrado por la dictadura tras su participación en el estallido social del año pasado, se ha deteriorado rápidamente durante los últimos días, producto de una huelga de hambre que mantiene.
Cabe mencionar que la protesta de Rodríguez Piloto comenzó hace más de 20 días, en aras de reclamar por su libertad, esa que nunca debió haber perdido solamente por ejercer su derecho a la libertad de expresión.
En las últimas horas, su hermana, Marly Rodríguez, comentó a Radio Martí que lo vio “muy mal” en la última visita que le hizo en la cárcel y, a pesar de eso, el preso político se niega a abandonar la huelga de hambre.
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“Yo lo vi muy mal. Le llevé un caldito, un juguito, café, y no quiso nada. Dos presos tuvieron que cargarlo para poderlo llevar a la oficina donde yo estaba. Fuimos yo y mi papá. No quiere que nadie lo toque, porque esos 10 años que le han echado es por gusto, porque su manifestación fue pacífica. Pobrecito, está flaquito, estoy desesperada y no sé que voy a hacer ya”, dijo la mujer.
Actualmente en la prisión de Valle Grande, Walfrido Rodríguez Piloto fue sentenciado por el aparato de injusticia de la isla a 10 años de privación de libertad. Por tal motivo, el preso político ha realizado varias huelgas de hambre dentro de las mazmorras, lo que ha causado que sea encerrado en celdas de castigo prácticamente en cada una de esas ocasiones.

A pesar de los maltratos en su contra y el delicado estado de salud, el manifestante parece mantenerse más firme que nunca en sus ideales, mismos que los esbirros no han podido doblegar.
La dictadura le imputó, durante su falso juicio, los delitos inventados de “instigación a delinquir”, “desacato”, “desórdenes públicos”, “atentado” y, finalmente, “portación y tenencia ilegal de armas y explosivos”.
Redacción de Cubanos por el Mundo