Los manifestantes del 11J, además de estar encerrados en cárceles sin haber cometido ningún delito, también deben soportar “vivir” en condiciones infrahumanas. Eso le está pasando al preso político Roberto Pérez Ortega, quien debe dormir en el piso, ya que su colchón está lleno de chinches.
Esta información la dio a conocer el activista Marcel Valdés en su cuenta de Facebook, agregando que, gracias a los insectos, Pérez Ortega tiene su cuerpo lleno de picaduras, situación en la que lleva ya algunos días.
Trascendió que los esbirros de Combinado del Este, donde permanece recluido, le habían notificado al manifestante del 11J que le cambiarían este colchón. No obstante, los días transcurren y este se sigue viendo obligado a dormir en el piso.
“Denuncia directamente desde el Combinado del Este. Roberto Pérez Ortega, preso político condenado a 17 años por participar en las manifestaciones del 11 de julio, se encuentra durmiendo en el piso debido a que su colchón está inundado de chinches; tiene el cuerpo lleno de picaduras, los guardias de la prisión dijeron que se lo cambiarían, pero aún está durmiendo literalmente en el piso”, denunció el activista.
Cabe recordar que Pérez Ortega ha sido víctima de maltratos en varias ocasiones dentro de ese recinto penitenciario.
El primero de mayo, fue obligado por los represores castristas a ver el desfile que había organizado la dictadura. Al negarse, el grupo de esbirros arremetió en su contra y, a la fuerza, intentaron que el preso político viera la payasada organizada por la cúpula comunista.
Al momento de su arbitraria detención, fue amenazado por los agentes con “desaparecerlo”, mientras mantenían sendas pistolas en sus manos.
Roberto Pérez Ortega es otra de las tantas personas a la que le robaron su libertad por reclamar, justamente, por este tipo de injusticias que son parte del día a día de la isla.
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Redacción de Cubanos por el Mundo
