El dictador cubano Miguel Díaz-Canel se mostró como la víctima y ofendido ante las protestas en Cuba en su contra, afirmando que las protestas de los cubanos no tienen legitimidad. Al mismo tiempo que dio a entender que los cubanos creen que se merecen todo y no aportan para solucionar los problemas, que le corresponden al régimen.
“Manifestaciones de ese tipo no tienen legitimidad. La preocupación y el planteamiento honesto, decente, en medio de una situación difícil, lo aceptamos y lo atendemos, porque aquí la preocupación del país es cómo, de la manera más rápida posible, podemos resolver toda esta situación”, dijo el dictador mentiroso.
Según el puesto a dedo, los cubanos que han salido a las calles porque no soportan los apagones, el hambre y la miseria, están cometiendo “actos vandálicos” y los amenazó con aplicar el peso de las “leyes” en su contra.
Díaz-Canel asegura que las personas que salen a protestar, están influenciadas por los cubanos que están en el exterior, para de esta manera tratar de esconder la realidad y es que el pueblo está cansado de vivir en la pobreza y sin calidad de vida desde hace muchos años.
El dictador de Cuba quiere engañar a los antillanos con sus discursos repetidos, en el que habla de la construcción de un socialismo que supuestamente están formando, pero desde hace 64 años.
Además, habla de un “socialismo” en el que cada uno recibe según lo que aporta, y le pide a los cubanos que ayuden a solucionar los problemas que ellos no pueden, pero entonces ¿dónde queda su misma teoría en la que todos van a ser iguales?
Los cubanos están cansados de tantas mentiras e ineficiencia del régimen castrista y por ese motivo salen a las calles sin miedo, a exigir sus derechos, cansados de permanecer en oscuridad, sin agua y sin alimentos porque la economía que hay en el país no les permite ni comer bien porque los ingresos no alcanzan.
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Redacción Cubanos por el Mundo