La escritora y ensayista Cira Romero Rodríguez calla ante la represión en Cuba, pero se queja por no poder tomar café en un hotel de La Habana.
Romero es la firmante 149 de la carta sangrienta que convoca a varios representantes de la “intelectualidad” cubana.
En un post fechado este jueves, la también crítica literaria e investigadora, denuncia la segregación en las instalaciones hoteleras del país.
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“Hoy no pudimos tomarnos un café en ninguno de los hoteles del Centro Histórico de La Habana, bajo el pretexto de que tenían muchos clientes. Mesas vacías, empleados conversando…. En fin”
Algunos amigos, como Dazra Novak, apoyaron este pronunciamiento de la Romero, sobre un tema muy antiguo de la Cuba que se hace llamar socialista.
“De un tiempo a esta parte es una práctica en ciertos lugares, no dejan entrar y punto. Lo he escuchado sobre todo en el Hotel Nacional, el Packard y el Manzana”.
Y sobre la represión en Cuba, ¿no tiene nada que decir la escritora y ensayista?
Esta denuncia advierte la prontitud para cuestionar ciertos temas de la realidad nacional, y callar obedientemente ante otros más importantes y candentes.
Sucedió hace poco con Cándido Fabré, que criticó con pasión el cierre de dos baños públicos, pero ahora aparece su nombre en la dichosa carta.
Fabré se lamentó de no poder asistir al sepelio del músico César Pedroso, pues no le habían puesto transporte para ir hasta la capital.
“Intelectuales en Cuba que se quejan de que no los dejan tomarse un café en un hotel de La Habana, un actor de que no puede echar gasolina… y yo pienso en los niños muertos por falta de atención médica”, ripostó el escritor cubano Osvaldo Gallardo.
(Foto: captura de pantalla)
Según la enciclopedia estatal Ecured, Cira Romero es miembro de la Asociación de Escritores de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y Miembro de Número de la Academia Cubana de la Lengua.
La UNEAC, precisamente, es una de las instituciones que ha organizado el apoyo al régimen del dictador Miguel Díaz-Canel a través de este documento.
En la misiva, al cierre de esta nota, aparecen 1777 nombres de cubanos y 235 ciudadanos de otras nacionalidades.
Todos ellos apoyan la represión en Cuba y niegan la existencia de presos políticos en la Isla-Cárcel.
Ellos alegan que, lo denunciado a diario por la prensa independiente y los disidentes, no son más que “distorsiones” de la realidad cubana.
En el afán de “hacer bulto” y aparentar apoyo al sistema tiránico, han incluido desde un orientador agropecuario, hasta choferes y secretarias.
Entre los recientes incorporados se leen nombres como Haila María Mompié, Cándido Fabré o Samuel Formell, quienes probablemente sí puedan tomarse un café en el Iberostar Grand Packard u en otro Hotel de la Habana, vieja y decadente.
Redacción Cubanos por el Mundo
