A una madre guantanamera con cinco hijos y a su esposo se les señala como responsables de la “ocupación ilegal” de una vivienda.
La prensa estatal de la provincia Sancti Spíritus, tristemente apegada a la dictadura, difundió una nota donde culpa al matrimonio de un incidente violento.
“Los hechos ocurrieron a partir del enfrentamiento entre la propietaria y su esposo con los transgresores de la ley”, dice, o más bien miente, el periódico Escambray.
La mencionada casa se localiza en la Avenida del Paseo Norte de la ciudad espirituana, añade el reporte.
La versión oficial, como es costumbre en la prensa castrista, no muestra evidencias y ni el testimonio de la familia oriental.
Violencia policial y desalojo, no “ocupación ilegal” como dice la prensa mentirosa de Sancti Spíritus
El esposo de la ciudadana guantanamera y su hermano, habrían presuntamente agredido a dos combatientes del Ministerio del Interior (MININT).
Los dos varones supuestamente irrumpieron en la vivienda, “machete en mano”, y le ocasionaron lesiones leves en un brazo a uno de los uniformados.
El triste incidente fue presenciado por los cinco hijos, menores de edad, víctimas de la pésima situación de la vivienda en la Isla comunista.
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Testigos del momento, y un video que lo confirma, desmintieron la nota del periódico espirituano y confirmaron que se trata de otro episodio de violencia policial, sumado a un desalojo.
Los inquilinos, supuestamente “ilegales” no iniciaron el altercado, solo se defendieron del accionar abusivo de los policías.
“Alguien es empujado hacia la ventana de la residencia ubicada en la Calle Independencia, frente al Paseo Norte. Y a raíz de ese empujón comenzó el salvajismo, policías golpeando ciudadanos frente a niños inocentes”
Los hermanos Castro, primeros invasores y ocupantes ilegales en la historia de Cuba
Fidel Alejandro y Raúl Modesto Castro Ruz son los primeros usurpadores que se les podría acusar de “ocupación ilegal”.
Ellos, oriundos de Birán, en Holguín, se plantaron en La Habana y ocuparon cuanto inmueble existiera, casas lujosas y el llamado “Punto Cero”.
Punto Cero es el nombre de Jaimanitas, según los servicios de inteligencia cubanos, la lujosa residencia del extinto dictador en la Habana, mantenida tras un velo de misterio.
Los dos tiranos no fueron desalojados, ni tuvieron que reclamar su pedacito, machete en mano, como hizo supuestamente la familia guantanamera de esta historia.
El atropello que vivieron estos niños, cuyos gritos y llanto se escuchó claramente, está documentado en un audiovisual que compartimos en Cubanos por el Mundo, por si alguien tiene dudas.
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En la Isla, donde los medios “afiliados al gobierno” silencian este éxodo interno de Oriente a Occidente, muchas personas están ocupando inmuebles porque no tienen donde vivir.
Lo que ha hecho esta madre guantanamera con cinco hijos es un reflejo del desespero y la frustración que se vive en la Cuba comunista.
Esto solo sucede en un país que prioriza hoteles, mientras mueren personas en derrumbes o cuando hay pueblos enteros y bateyes sin luz eléctrica tras el paso de un Huracán, pero sí Ferias y Eventos y caravanas patrióticas y patrullas para reprimir.
Aclaran incidente de ocupación ilegal de una vivienda en #SanctiSpíritus
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Las autoridades competentes profundizan en las investigaciones para procesar a los implicados #Cuba @yosdanycuba @gissellemr @minint_cuba https://t.co/M8A6NVcFfX pic.twitter.com/HeG7bdM7Lt— Escambray (@escambraycu) November 4, 2022
Donde dice “ocupación ilegal”, habría que poner “Estado Fallido”, “socialismo” o “continuidad de la miseria”.
Este es el verdadero nombre del lamentable suceso y no precisamente como lo cuenta, a su manera, el mentiroso periódico Escambray.
Por cierto, y como aclara el espirituano Nestor Estevez, “la sede del periódico Escambray es una casa robada a sus dueños”.
A los del periódico espirituano, además de mentirle olímpicamente a su pueblo, también se les podría acusar de “ocupación ilegal”, como a los hermanos Castro, los primeros orientales que emigraron a la capital y que jamás regresaron a su pueblito natal.
Redacción Cubanos por el Mundo
