Ángela Álvarez es una abuela cubana de 95 años de edad, que gracias a su nieto, fue nominada al Latin Grammy como “Mejor Nuevo Artista”.
Al crecer en Cuba, Ángela Álvarez tenía el sueño de ser cantante, pero una vez que migró a Estados Unidos cuando era joven, se empezó a ganar la vida limpiando un banco en Colorado.
A la edad de 95 años, se le hizo realidad un sueño que parecía casi imposible, que es ser nominada a un Latin Grammy.
“Esta nominación me tiene muy feliz. He vivido mi vida amando la música y sentir esta nominación a los 95 años, es algo increíble. Si yo me muero mañana, me muero muy feliz”, dijo Álvarez desde su casa en Baton Rouge.
La anciana cubana compuso su primera canción a los 14 años, a esa corta edad ya tocaba el piano y la guitarra y también le sabía cantar y cuando se graduó de la escuela secundaria, lo único que quería era convertirse en músico profesional, reveló The Whashington Post.
Tras la negativa de su padre, Álvarez dejó a un lado ese sueño y avanzó por la vida. Se casó a los 19 años y tuvo cuatro hijos, tres niños y una niña.
Después de la llegada del dictador Fidel Castro al poder en 1959, Álvarez y su esposo, Orlando, que era ingeniero azucarero, decidieron huir a Estados Unidos.
Debido a su profesión, Orlando inicialmente se vio obligado a quedarse en Cuba. Álvarez llevó a sus hijos —el menor tenía 4 años y el mayor 15— al aeropuerto en mayo de 1962, pero las autoridades cubanas también le prohibieron salir del país, alegando que le faltaba documentación.
Entonces, Álvarez tuvo que decidir que sus hijos se fueran solos a Estados Unidos.
“Fue muy duro para mí”, recordó.
“Pasaron varios meses antes de que le concedieran permiso para salir de Cuba y, una vez que llegó a Miami, no reunía los requisitos económicos para reclamar a sus hijos, que vivían en un orfanato en Pueblo, Colorado, a través del programa de asistencia social que se les asignó”, reseñó el referido medio.
Esta situación le impidió ver a sus hijos por dos años, pero consiguió un trabajo limpiando un banco en Pueblo y pudo pasar tiempo con sus hijos los fines de semana.
En medio de la difícil situación de su familia, Álvarez utilizó la música para llenar de felicidad la vida de sus hijos, invitando a otros niños cubanos que vivían en el orfanato a unirse a su familia y les cantó canciones para recordarles su hogar.
El esposo de Álvarez llegó a los Estados Unidos en julio de 1966, por lo que lograron establecerse como familia en Baton Rouge y aunque la vida fue buena por un tiempo, Orlando murió de cáncer de pulmón en 1977 a los 53 años y Álvarez también perdió a su hija por cáncer en 1999.
La música fue un refugio para Álvarez en medio de las dificultades y a lo largo de su vida compuso al menos 50 canciones, que reflejan tanto la profunda tristeza como la alegría de su vida.
“La música es el lenguaje del alma”,
dijo Álvarez.
Durante mucho tiempo, la música de Álvarez solo era compartida en eventos familiares, pero hace unos ocho años, su nieto Carlos José Álvarez decidió grabar sus canciones.
Carlos, quien es compositor, creció escuchando a su abuela cantar en funciones familiares, por lo que su carrera artística está fuertemente influenciada por ella.
Al crecer escuchando cantar a su abuela, Carlos quería trasmitirle eso a los futuros bisnietos de Álvarez, por lo que un día decidió preservar en el tiempo sus canciones de la voz “angelical y conmovedora” de su autora.
Un día, Carlos llevó un micrófono a su casa y le pidió que repasara su tesoro personal de melodías.
En todo el proceso de grabación, Carlos se enteró de que el sueño de su abuela siempre fue ser cantante profesional.
“No me di cuenta de que estas canciones eran como un diario de su vida. Todo tenía sentido (…) Puedes escuchar la vida que ha vivido en su canto”, contó su nieto.
Carlos se inspiró en ese momento de llevar a su abuela a un estudio de grabación y produciría un álbum adecuado de su trabajo.
“Le dije que algún día me gustaría hacer un CD, porque me gustaría que la gente conociera mi música”, contó Ángela Álvarez.
En 2016 empezó la producción del disco de la artista, una producción de 15 pistas, titulada “Ángela Álvarez”, que contaba con la participación de Carlos, junto con su familia y amigos cercanos que participaron en el proyecto.
Esta historia debía ser el tema de un documental. “Esto es demasiado grande para mantenerlo dentro de la familia”, recordó haber pensado.
El actor cubanoamericano Andy García, amigo de Carlos, escuchó la historia y se conmovió. Se ofreció a producir y narrar el documental, titulado “Miss Angela”, una película que muestra la vida de Álvarez, su amor por la música y su camino para seguir una carrera como cantante como nonagenaria.
Tanto el documental como el disco se estrenaron en 2021 y Álvarez quedó encantada con el resultado, ya que su sueño de convertirse en músico profesional se había hecho realidad.
Tras la publicación del álbum, la carrera de Álvarez despegó más de lo que ella podía imaginar, ya que además, García la animó a hacer una audición para el papel de Tía Pili en la nueva versión de “Father of the Bride” de 2022, que él protagoniza, y ella obtuvo el papel.
Ser nominada al Latin Grammy como Mejor Artista Nuevo, ha sido uno de los mayores logros de la anciana cubana.
Álvarez asistirá a los Premios Grammy Latinos 2022 el 17 de noviembre en Las Vegas con su nieto, y tiene programada una actuación.
La anciana aseguró que los sueños sí se hacen realidad, por lo cual invita a los jóvenes a luchas por ellos.
“La idea de que a los 95 años todavía se te puede reconocer por lo que has hecho (…) ese es el oro. Hemos ganado en todos los niveles”, dijo la anciana.
Redacción de Cubanos por el Mundo
