Alexander Otaola cuestionó lo que todos los cubanos están cansados de cuestionar: los dudosos ingredientes del picadillo que se come la gente de a pie.
“Si te han dado tripa, te lo han dicho incluso, ¿qué garantía tú tienes que no te estés comiendo ahora mismo un pedazo de ballena muerta?”, preguntó.
El influencer, durante una emisión del programa Hola! Ota-Ola, que transmite Cubanos por el Mundo, aseguró que esta pudiera ser la “materia prima”.
El Rey del Chisme hizo referencia a una ballena de 13 metros, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado en la costa norte cubana.
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El cetáceo habría quedado presuntamente varado en el Refugio de Fauna Cayo Francés, de la provincia Villa Clara.
“Me dijeron que esa ballena, cuando la sacaron de ahí, pa´ donde la llevaron fue para donde preparan los productos cárnicos”, aseguró el influencer.
Este supuesto “chisme” de Otaola no resulta descabellado ni exagerado. A finales de noviembre alguien colgó una foto con una denuncia parecidísima.
Aquella cubana mostró un resto de animal que una vecina encontró en el “picadillo” que se vende por la canasta básica.
Desde la red social Twitter, alguien explicó qué sería aquel asqueroso y desagradable fragmento: “la parte de la garganta que comunica con el esófago y paladar”.
El cuerpo de la ballena muerta “fue rescatado para su posterior conservación esquelética”, dice la versión oficial
Durante el show Hola! Ota-Ola, el youtuber recordó el “picadillo líquido” y otro que fue denunciado en nuestras plataformas.
“Aquí que no dude usted que el picadillo que estábamos denunciando ayer de un rollito que tenía unas cosas prietas adentro, o el picadillo líquido que le han dado a la gente que no hay quien se lo coma… ¡Sabrá Dios si usted se está comiendo la ballena muerta que no se sabe ni por qué murió!”
El medio oficialista Cubadebate informó sobre la muerte del animal, una Balaenoptera physalus, (rorcual común).
Señaló que la ballena muerta no tenía signos de enfermedad, ni marcas de depredadores y que su muerte se atribuyó a la entrada de vientos sostenidos asociados a un frente frío.
Asquea muchísimo imaginar que, con el pretexto de “estudiarla”, se llevaron la ballena muerta que pudo ser convertida después, al decir de Otaola, en alimento para los cubanos.
“El cuerpo inerte, henchido de gases por la iniciada descomposición, fue rescatado para su posterior conservación esquelética por el personal del área protegida”, dice la versión oficial.
“Gracias a Dios no como picadillo”, comentó Dulce Maria Rivero Casanova en Youtube. Lamentablemente, muchos no pueden decir lo mismo.
Redacción Cubanos por el Mundo