Aproximadamente 20 familias cubanas desalojaron un edificio de La Habana que estaba en peligro de derrumbe y descuidado por el régimen castrista.
Se trata del edificio número 231 de la calle Bernaza, entre Muralla y Brasil.
Las familias cubanas dejan el edificio después de que efectivos policiales, funcionarios de Vivienda y el régimen municipal de la Habana Vieja, les pidieran salir del inmueble por una alerta de posible derrumbe que emitieron vecinos del lugar.
“Ya estaba en el trabajo, vine corriendo porque mi niña se quedó durmiendo con mi esposo y anoche sentimos los golpes de los pedazos de techo cayendo al piso. Cuando me avisaron pensé que había un derrumbe”, dijo Angélica Martínez Peraza, una de las inquilinas a Cubanet.
La principal preocupación, es que aunque la dictadura los mandó a desalojar, no les ha dicho dónde van a ser reubicados, y las familias cubanas permanecían en la parte de afuera del edificio esperando.
“Hay vecinos que se fueron, pero la mayoría no quieren porque esta es su casa y es lo único que tienen. Por debajo del telón se está cuadrando que, si Vivienda no resuelve el problema, por la noche todo el mundo vuelve para lo suyo y que vengan a sacarnos de nuevo”, dijo Robaina.
Los afectados dijeron que desde el paso del huracán Ian, han tratado de desalojarlos, pero sin ofrecerles ninguna solución ni un espacio donde vivir, por eso permanecían viviendo ahí, a pesar del peligro que esto representa.
Un miembro de las familias cubanas desalojadas, Luis Ángel Robaina Gómez, dijo que lo que ocurrió en esta oportunidad es que las autoridades castristas llegaron al sitio y obligaron a las personas a desalojar el edificio.
Una vecina del edificio 231, Yamilet Quesada Triana, dijo que tuvieron que hacer la denuncia porque se escucharon los estruendos por la caída de los pedruscos de concreto durante todo el fin de semana.
“Tuvieron que hacer la denuncia porque esa situación afecta sus viviendas, que de paso tampoco están buenas. Tienen sus grietas, como todas las construcciones antiguas de La Habana. Pintado así —el edificio— engaña, pero es una vieja con colorete. Por dentro está podrido”, dijo la cubana.
Las familias cubanas llevan años pidiendo la ayuda del régimen para reparar sus viviendas ante la situación en la que viven en peligro de derrumbe, pero el comunismo no se interesa por el bien del pueblo, ni siquiera cuando el tema amenaza su vida.
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Redacción Cubanos por el Mundo