La cosecha de arroz en Cuba se suma a las producciones fracasadas en la isla y se convierte en uno de los productos menos que podrán consumir los antillanos.
En el mes de febrero del pasado año 2022, la cosecha se quedó en 120 mil toneladas y se fijó, para la siguiente, un objetivo de 180 mil, una mínima porción de las casi 700 mil necesarias para el consumo nacional.
Pero, aunque las autoridades castristas no han revelado el terrible resultado de la producción del arroz en Cuba, un reporte del medio castrista Granma, ya dejó saber que este ha sido peor de lo esperado.
La situación ha sido considerada como un “socavón real” de la producción en 2022, “cuando los volúmenes del alimento descendieron considerablemente”.
El director de la División Tecnológica de Arroz del estatal Grupo Empresarial Agrícola, Oslando Linares Morell, explicó que en 2012 se creó un programa para el desarrollo de este cereal tan importante para los cubanos, con el fin de garantizar un supuesto abastecimiento en el año 2030, pero esto ha tenido un gran fracaso.
“Los planes montados para 2023 todavía son bastante bajos, con alrededor del 40% de cuanto estaba previsto a esta altura en el programa de desarrollo. Esto significa que debíamos sembrar 14 mil hectáreas, y solo lograremos plantar en este calendario 68 mil hectáreas, cifra realmente pobre”, señala. Con esas cuentas tal vez consigan obtenerse, en el mejor de los casos, 204 mil toneladas si se usan las cuentas oficiales, por lo que aún habría que importar al menos 400 mil en el caso de que todo funcione bien.
El reporte del diario oficialista especifica que Cuba necesita 600 mil toneladas de arroz, para la canasta normada y el consumo social, pero la producción ni se acerca a esta cantidad.
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Redacción Cubanos por el Mundo