No sé si Uds. recuerdan a Lisandra Martín, la periodista oficialista que se pasó días supuestamente reportando desde la primera línea del incendio en la base de súpertanqueros de Matanzas aunque ella se encontraba en realidad a kilómetros de distancia. Si la recuerdan, recordarán que ella contaba lo que estaba sucediendo allí, en aquel infierno desatado por una mezcla de mala suerte con la tradicional incompetencia de régimen; y que las informaciones “de primera mano” le llegaban vía Whatsapp – decía ella – en una supuesta conversación con un bombero fantasma. Fantasma, sí, porque nunca se reveló su nombre. Nunca ella dijo quién era. Nunca se supo quien era aquel que supuestamente estaba allí, combatiendo el fuego y reportando cosas tan obvias como “nos han mandado a atacar el segundo tanque” o ” ya vienen los venezolanos y los mexicanos a ayudarnos a combatir el fuego”.
¡Vamos Lisandra! Hay cosas ahí que tenían un tufo a ficción del carajo, chica.
Pues bien, Lisandra Martín, que, hay que decirlo, por esos días levantó enormemente su cuota de seguidores en las redes sociales con aquellas crónicas “humeantes” del supuesto bombero y sus supuestas declaraciones, vino ahora, cual ciberclaria de periodismo élite a decir que, la carta escrita supuestamente por estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana es falsa.
¡Falsa son tus nalgas chicas!
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La carta, que es viral en las redes sociales entre cubanos, no lleva firma, claro, habría que ser un suicida para firmar una carta así en una época donde, por un post “mal puesto” en Facebook, el castrismo que Lisandra Martín defiende con sus míseras letras – sus crónicas del bombero es lo único notable que ha escrito y ni un muslo de pollo, no ya un Diploma o un Premio de Periodismo, le dieron por eso – te puede multar con 3 mil pesos, o expulsarte de tu centro de trabajo o estudios.
Sin embargo, la oficialista Lisandra Martín vino en modo ciberclaria metiche a opinar sobre la carta, en el muro de Facebook de la activista Lara Croft, a decir que “si no hay numero de firmantes la declaro falsa”. Niña, un poco más de cultura lingüistica te viene bien. Falsa no, apócrifa en todo caso.
Falsa sería si los hechos narrados en el documento fueran falsos, y Lisandra Martín es muy inteligente y conoce muy bien la realidad cubana, como para decir que es falsa la carta.
Tal vez ella no sepa las interioridades del documento en lo referente a los nombres de los profesores de la Facultad de Derecho, a cuyos comportamientos poco éticos se refieren los estudiantes. Eso se le perdona. Ella no estudia allí y puede sospechar que es mentira todo lo referente a los enseñantes de la Facultad; pero es precisamente ese el detalle en el que la carta aterriza localmente, allí en las aulas de la Facultad de Derecho de la Universidad de la Habana y en el nombre de los profesores que imparten las asignaturas. Es ahí donde el documento se asienta, localmente, para esbozar un cuadro que, ¡lo sabemos todos! ¡Lisandra Martín también! puede colgarse en cualquier aula universitaria de cualquier Universidad del País.
La activista Lara Crofs, que en sus innumerables detenciones por parte de los agentes de la Seguridad del Estado no ha contado con la sororidad, ni siquiera periodística de Lisandra Martín – tal vez Lisandra, más allá de doblar por tercera y hacerse la chiva loca con tontera con la detención de Lara y cientos de activistas cubanos sea capaz de decir que Lara nunca ha estado presa, que nunca ha sido detenida y que todo eso es falso – dueña del muro donde se posteó el documento, le respondió a esta como se merecía. Por ciberclaria y por metiche. Por venir a husmear donde no la llamaron.
“Lisandra Martín: Primero y antes que todo, ¿quién te dio a tí la autoridad para declarar nada falso? Segundo, ¿con qué moral tú, que hablaste y escribiste con un supuesto bombero que nadie conoció durante días, bienes a legitimar nada? Coherencia . La carta ya salió y está viral, no importa nada lo que pienses tú. Esta vez no importa el mensajero si no él mensaje.”
La aludida y metiche defensora del castrismo, respondió diciendo – en relación a sus crónicas con el bombero – que “las crónicas están publicadas, y el orden de los acontecimientos publicado en todos los medios.”
“Solo tienes que verificar por horarios de publicación quién dio primero las noticias, si un bombero que como único podia decir lo que veía era estando allí….o yo desde mi casa…”
Luego, quiso dar cátedra de moral alegando que “cuando uno va a hablar con ese nivel de odio hacia un ente, lo mínimo es dar la cara”, como si ella viviera en el planeta Saturno y no supiera qué pasa en Cuba cuando das la cara. ¡Ahí están, Lisandra Martín, miles de detenidos, que el 11J dieron la cara (cosa que tú no hiciste, por cierto)
“Yo ahora mismo te puedo redactar esa y dos cartas más… Para enfrentar algo, debemos tener una cuota mínima de valentía.”
¿Ah sí? ¿Y por qué no defiendes a Lara Crofts y a cientos de activistas vejados, detenidos, recluidos en sus domicilios, que no pueden salir a la calle, digamos, el día 28 de enero, o el 13 de marzo, o el 26 de Julio, o simplemente el día que a la Seguridad del Estado no le da la gana?
Luego, para intentar sembrar empatía entre quienes ya en los dos puntos anteriores tuvieron que tragarse el buche amargo de su ciberclarismo, expresó:
“(…) no digo que no haya sido escrita por algún estudiantado de esa facultad” para luego acotar que sucede lo mismo cuando “muchos hablan a “nombre” del pueblo de Cuba sin contar conmigo…”
Bien Lisandra, ¡seguro estoy que agarraste todas las latas de atún, arroz, pasta y aceite, que llegaron a Cuba donadas por Rusia, Bolivia, Venezuela, Nicaragua y otra caterva de países, con posterioridad al 11 de Julio del 2021. Tú, que no saliste ni a decir BASTA YA DE CENSURA, te beneficiaste con los alimentos que llegaron a Cuba como consecuencia del descontento popular.
Sí Lisandra, esos que hablaron por ti el 11 de Julio de 2021, son iguales a los mismos, ya sean 2 o 3, que escribieron la carta de los estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana. Son gente con los ovarios y testículos bien puestos que ahora, muchos de ellos, expían sus “culpas” en una prisión, mientras tú, tranquilita desde la cocina de tu casa, hiciste los spaghettis que te donaron.
¿Entonces, se vale o no se vale hablar por tí? Si no se vale, ¿por qué cogiste los alimentos donados a raíz de las protestas populares del 11 de Julio (las que tú no cubriste siquiera)?
Como te dijo Lara te repito yo: “Un poco más de coherencia no le vendría nada mal a tu discurso y tu ética periodística, que, te lo digo yo que soy periodista primero que tú y ya rozo los 60 años, TE FALTA.
