El hambre y las penurias suelen abrirle los ojos a más de un fiel revolucionario, en esta ocasión, Ida Garberi, una italiana comunista que reside en Cuba y trabaja en los medios de propaganda del régimen castrista, se quejó a través de sus redes sociales de no poder comprar este mes algunos productos vendidos por el castrismo a través de la libreta de racionamiento.
Según la información suministrada por la mujer, en diciembre de 2022, pudo comprar sin problemas, pero no pudo adquirir algunos productos de aseo, los cuales aparentemente se los darían para las compras del mes de enero, sin embargo, no apareció en el listado de quienes debían comprar comida para el mes de enero.
“En la compra de enero, que como sea fue el sábado 4 de febrero, (?) no estaba en el listado y me enviaron a mi Oficoda (Oficina del Registro de Consumidores) para saber por qué (sic)”, denunció indignada la italiana comunista, a quienes las autoridades de dicha sede abofetearon al decirle que, los extranjeros “no tienen derecho a las compras”.
Por otra parte, la mujer aseguró que, con 3 mil 790 pesos que cobra mensualmente, no le alcanza para comprar la comida, y mucho menos en el “mercado negro”.
Comunista italiana recibe una bofetada de la revolución a la que tanto defiende
“Le expliqué que estaban pisoteando la Constitución cubana y me respondieron con malas ganas”, contó, tras asegurar que, el miércoles 8 de febrero le informaron que todo había sido producto de un error y que su problema estaba arreglado.
“Pero hoy nada estaba arreglado y además empezó el peloteo de los burócratas para despistarme. ¿Entonces? Voy a seguir porque estoy acostumbrada a reclamar mis derechos y me insulta que algunos dirigentes cubanos sean tan xenófobos”, relató.
Cabe destacar que, esta comunista italiana, quien reside en la calle 6, esquina 23, de Plaza de la Revolución, en La Habana, vivió en carne propia la humillación a la que muchos cubanos se exponen diariamente, solo que, en su caso, fue traicionada por la “roboilusión” a la que tanto defiende y ama.
Antes de realizar su denuncia, Ida Garberi, ciudadana italiana y residente en Cuba desde hace 20 años, contó que ha trabajado en Prensa Latina, en Cubadebate, sin salario y a veces con el Equipo de Servicios de Traductores e Intérpretes (ESTI), como traductora de primer nivel, trabajos que fueron ignorados para pisotearla con la tarjeta de abastecimiento, como ocurre con el resto de la población cubana.
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Redacción de Cubanos por el Mundo
