El mandatario cubano Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez no ha decidido aún si viajar o no hoy domingo a la ciudad de Miami, invitado por el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, para presenciar juntos el partido entre la novena norteña y el llamado Team Asere en la continuación del Clásico Mundial de Béisbol, que tiene por sede al estadio de los Marlins en Miami, el fenomenal Loan Park.
Según se supo anoche en el Consejo de Estado, la invitación sería para “recordar el hermoso momento vivido, cuando los pueblos cubanos y norteamericanos se hermanaron por apenas unas horas, tras la invitación que le hiciera el General Raúl al ex presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, a presenciar un encuentro de béisbol”, según un supuesto comunicado enviado desde la Casa Blanca.
Como muchos recordarán, el 22 de marzo de 2016, Obama y Raúl Castro asistieron juntos a un partido de béisbol amistoso entre el equipo nacional de Cuba y los Tampa Bay Rays, un equipo de las Grandes Ligas de Béisbol de Estados Unidos.
El evento tuvo lugar en el Estadio Latinoamericano de La Habana, el estadio de béisbol más grande de Cuba y formó parte de un esfuerzo unilateral por parte de la administración Obama por restablecer las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, que se habían deteriorado durante la Guerra Fría.
La presencia de ambos líderes en el evento fue simbólica, ya que el béisbol es un deporte popular tanto en Estados Unidos como en Cuba. El partido sirvió como un gesto de buena voluntad y un intento de acercamiento entre ambos países después de décadas de tensiones políticas.
La Oficina del Consejo de Estado informó ahora que, según el documento enviado supuestamente desde Washington, “Biden no quiere ser menos que Obama” y añaden que en el momento en que Obama asistió al Latino, a Biden, por entonces Vicepresidente de los Estados Unidos, se le ocurrió que “algún día él también tendría un gesto similar”.
Díaz-Canel detalló que “Biden prometió en su campaña política que retomaría la era Obama” y dijo que si bien se demoró en dar pasos concretos para el restablecimiento de las relaciones, últimamente ha dado señales que insinúan un acercamiento con La Habana.
“El momento ha llegado. Es hora de enterrar el hacha de guerra,” dijo Díaz-Canel entre amigos, y ahondó en la necesidad de estrechar lazos fuertes con el poderoso vecino del Norte, sin hacer otro tipo de concesiones, y dijo que si su viaje a Miami depende de un buen gesto de su parte de liberar a los más de mil presos políticos detenidos en cárceles cubanas, no viajará, por lo que es muy probable que no viaje y los cubanos del exilio se queden con las ganas “de verlo”.
Esta invitación también ha encontrado fuerte reticencias dentro del aparato gubernamental cubano y el equipo de seguridad de Díaz-Canel, argumentándose que las condiciones no están creadas para dar ese paso.
Díaz-Canel, sin embargo, refutó esas preocupaciones y dijo que Fidel triunfó en el 59 y que tres años antes apenas tenía 7 fusiles y eran 12 hombres en el medio de un monte que ni conocían.
El mandatario cubano dijo ante su gabinete que si viaja, se llevará a Julita Osendi con él.
“La otra vez no la dejaron entrar al Latino. Es justo que esta vez vaya al estadio de los Marlins, a presenciar el encuentro,” señaló.
Noticia importantísima al respecto: Sociedad Civil Cubana llega a Miami para apoyar a peloteros del #TeamAsere (sátira)
