Estar en una cárcel cubana es padecer el infierno en carne propia, mucho más si el preso no hizo nada malo para merecer estar ahí. La situación en el penal de El Pitirre, en La Habana, no es distinta, y recientemente trascendieron detalles de las pésimas condiciones en el lugar.
Fue el prisionero político Yasser Rodríguez quien, en una llamada telefónica, relató al medio independiente CubaNet todo lo que tiene que padecer dentro de dicho recinto penitenciario.
La víctima relató que en el cubículo donde permanece recluido está completamente a oscuras, pues pertenece al par que no cuenta con una lámpara; solamente uno de los tres cubículos posee iluminación.
Asimismo, mencionó el tema de las llamadas telefónicas desde la cárcel, un derecho que si bien les corresponde por ley, los esbirros del penal lo manejan todo a su antojo, pues apenas les conceden escasos minutos cada dos o tres semanas.
Como suele suceder, la comida está en pésima condiciones y el hecho de llevárselas a la boca genera un asco total.
Y es que, hasta el televisor de la compañía 2 está roto y fuera de servicio, por lo que ver la televisión es un lujo que no todos pueden darse dentro de esa cárcel de La Habana.
Entretanto, Rodríguez subrayó que todos los jefes del recinto tienen pleno conocimiento de las carencias por la que están pasando los reclusos, y aun así, se niegan a mover un solo dedo para poder ayudar.
El preso político finalizó denunciando la situación que sufre otro manifestante del 11J, Walfrido Rodríguez Piloto, a quien no le queda de otra que “dormir” en el piso, en una tabla que simula ser una cama y que, para colmo, está llena de chinches y otros insectos.
Hoy en día, son muchas las personas secuestradas por la dictadura castrista que tienen que soportar todas esas situaciones en cada una de las cárceles de Cuba, sin haber cometido un solo delito, o peor aún, por haber hecho uso de su derecho a la libertad de expresión.
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Redacción de Cubanos por el Mundo
