Ahora que a varios techos de varios teatros de La Habana los ha invadido una plaga de comején, muchos se están preguntando ¿cómo es que ha sucedido esto? Los que más conocen del asunto han dicho que “la madera que se compró en el extranjero para repararlos, pero hoy yo les voy a traer una exclusiva: el nombre del responsable, que no es otro que Osmani López Castro, vicepresidente del Instituto Cubano de la Música.
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Pero, ¿quién es Osmani López Castro, vicepresidente del Instituto Cubano de la Música?
Para empezar les diré que este personaje, es primo lejano del Cenicero Andante y Emperador de Birán: Fidel Castro Ruz.
Eso sí, no era un primo muy querido, o al menos no lo era de Fidel. Según me cuenta una informante desde Holguín, este muchacho procedía de una “línea no muy querida de la familia”, pues su abuelo era bastardo. Para los que no entienden la palabra: su abuelo nació fruto de la relación de “un tarro” entre alguno de los Castros – no he podido precisar si del propio padre de Fidel – y por eso, la familia de Fidel, Raúl, etc., conocía la existencia de esta rama de la familia, pero no tenían mucha concumitancia con ellos. Pero sí, “eran familia”.
Tan poco lo querían, que este hombre, Osmani López Castro, nunca pudo, en vida del KK Andante en Jefe, disfrutar del pastel familiar.
Osmani fue durante muchísimos años, pipero en la estación que está por el llamado Parque de La Normal, en Infanta e/ Amenidad y Pedroso. Al que la gente ha confundido el nombre y lo llama “Parque del Anormal”. ¡Cosas de la vida!
Ya desde esa época, Osmani López Castro era un corrupto.
Alega una fuente, trabajadora del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), que a inicios de los años 2000, Osmani López Castro era contratado por la izquierda cada vez que en el ICAIC se necesitaba una pipa de agua.
“Podía faltar el agua en toda La Habana, Centro Habana y la La Habana Vieja podían quedarse sin agua y estar sin agua una semana entera, que cuando tú llamabas a Osmani, no sé cómo ni de dónde la sacaba, pero él se aparecía con la pipa de agua pa buscarse sus 300 pesos,” dijo la fuente.
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Tanto tensó el hilo – de agua – este pipero, que explotó.
Fue su madre, quien tocando “ciertas puertas” y habiendo pasado ya tantos años de “rencilla familiar”, decidió tragarse parte del orgullo de la “ilegitimidad” en el árbol genealógico de los Castro, e intervino por su hijo.
Según cuenta una fuente cercana a Osmani López Castro, su madre consiguió que lo metieran en un curso de policía. Terminado el curso de policía, cayó de mano derecha de Abel Acosta, el reconocido acosador de mujeres en el Instituto Cubano de la Música.
Empezó como Jefe de Giras Nacionales, controlando así los cheques de viajes, vouchers y alojamientos. Comenzaría así su periplo de corrupto de cuello blanco.
Fue él quien dotó a los teatros de Cuba de unos equipos de tecnología china – audio, luces, micrófonos, sistemas de sonido, cables, etc. – que resultaron ser tremenda porquería; una jugada de la que sacó una buena tajada y sobre todo, reconocimiento “social”.
Ya Osmani López Castro no era “un pipero”, era un funcionario. Un funcionario que gestionaba compras y con dinero se puede conseguir todo. Hasta “el amor”.
Fue entonces cuando conoció y se empató con María Elena Salgado; y esta para tenerlo cerquita, lo puso de Vicepresidente del Instituto Cubano de la Música.
Pero, ¿quién es María Elena Salgado? ¿Qué poder tenía esta para poner a Osmani López Castro de Vicepresidente del Instituto Cubano de la Música?
Fin de la Primera Parte.
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