Un joven cubano desde la provincia de Camagüey se puso en contacto con Cubanos por el Mundo para dar a conocer dos sucesos verdaderamente lamentables. El primero, el fallecimiento de una anciana cubana; el segundo, el modo en que fue llevada al cementerio.
El joven camagüeyano dijo que un familiar, esta anciana, falleció el pasado día 18 de abril debido a complicaciones propias de una enfermedad por la que fue hospitalizada.
El denunciante nos hizo llegar varias fotos.
“Este es un medicamento que se tuvo que comprar por debajo de la manga, porque en el hospital no había y tuvieron que pagarlo a 800 pesos cada uno y fueron 21 un tratamiento de 7 días,” dijo mientras nos hacía llegar la siguiente imagen; un suero de metronizadol al 0,5%
La anciana, para desdicha de sus familiares y amigos falleció días después.
Comenzaría entonces “la segunda parte de esta desgarradora historia: nunca apareció una carro de servicio fúnebre, para ser llevada, en el momento del sepelio, al camposanto que sería su última morada.
Apareció una camioneta del servicio de Correos de Cuba de la provincia de Camagüey.
“Esto es una falta de respeto llevar al cementerio un entierro en un carro del correos porque no hay carros fúnebres ni gasolina para transportar al fallecido,” dijo el cubano en un mensaje, al tiempo que nos hacía saber que la gasolina se vende en grupos de Facebook, Whatsapp y Telegram a razon de $750 CUP el litro.
Las fotos fueron tomadas en el cementerio de Camagüey el día 18 de abril; fecha en que falleció la señora en el hospital provincial de la ciudad.
Numerosos son los testimonios similares a este que se han visto en los últimos meses en la prensa independiente. Desde jeeps, hasta los llamados riquimbilis, pasando por camiones o tractores con un aditamento detrás.
La escasez de carros fúnebres es tal que recientemente, en la prensa oficial, un funcionario de Comunales de la provincia de Santiago de Cuba dijo que la provincia solo cuenta con 4 carros de este tipo para ofrecer servicio en todo el territorio.
A ello se suma la escasez de combustible, más acuciante en los últimos días.
También las ambulancias del servicio de emergencias de SIUM se encuentran en igual situación. Son pocas, muchas están rotas, y las que están en servicio tienen el combustible contado.
Los familiares han debido esperar largas horas – hasta 78 en un caso reciente – para que la ambulancia pase a recoger el enfermo.
Recientemente un menor de edad falleció por este motivo. La ambulancia que esperaban en casa para recogerlo demoró muchas horas en pasar y el menor de edad falleció sin poder ser llevada al hospital.
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