Otro regalito de la administración demócrata de Joe Biden a la dictadura cubana ha sido anunciado por el Departamento del Tesoro.
Empresarios de Miami podrán exportar automóviles a la Isla, con la condición de que los beneficiarios sean trabajadores por cuenta propia.
El Departamento del Tesoro, mediante su Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), excluye supuestamente a agentes del régimen.
Solo los mencionados cuentapropistas o propietarios de las micro, pequeña y medianas empresas privadas (Mipymes), podrán acceder a los autos.
Al parecer, la disposición resulta provechosa, pues además de autos (de uso y nuevos), los campesinos podrán disponer de tractores para sus cosechas.
El otro punto es que se vuelve a echar por tierra el pretexto del “bloqueo”, cacareado durante más de medio siglo por la gerontocracia castrista.
Medicinas, pollo, electrodomésticos, plantas eléctricas, alimentos y ahora automóviles entran a Cuba desde el “imperio”.
Hasta ahí, todo parece bien, sin embargo…
Este regalito de Joe Biden forma parte del cambio fraude, asegura el influencer Alexander Otaola
Muchos alertan que la dictadura castrista se embolsaría un 30% del valor del vehículo, con la documentación y los impuestos de rigor.
“Un auto de 20.000 dólares serían, grosso modo, 6.000 dólares de impuesto y unos 10.000 dólares de logística y documentación”, dijo el empresario Eduardo Aparicio a la cadena Univisión.
Otro de los cuestionamientos es que hijos, nietos y otros parientes cercanos al Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA), serían los verdaderos beneficiados.
GAESA es una dinastía propiedad de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, y es considerado el consorcio anticapitalista más acaudalado de América Latina.
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El activista cubano Albert Fonse señaló que, precisamente Aparicio es cercano a la dictadura que hoy tiene a Díaz-Canel como títere puesto a dedo.
Que Aparicio, el presidente de la compañía Apacargo Express, sea uno de los exportadores, ya esto es una señal de preocupación, insinuó Fonse.
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El otro cuento es que muchas de las supuestas Mipymes, no son más que estructuras ligadas estrechamente al castrismo.
Investigaciones recientes han demostrado de que estas empresas “privadas” fueron registradas por gente cercana a GAESA y con empresas estatales como la exportadora Alcona S.A, al mando de Loretta García, hija de Guillermo García Frías, uno de los ocambos “Comandantes de la Revolución”.
“Te das cuenta por qué hay que cortarle cada una de las subvenciones que salen de Miami….”, opinó el influencer Alexander Otaola tras conocer la noticia.
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Otaola que, de convertirse en alcalde del condado de Miami-Dade, expulsaría a los comunistas y cortaría todo nexo con el castrocanelismo, aseguró que esto forma parte del cambio fraude.
“El cubano de la Isla, en el momento en que empiece a ver carros americanos, muchos carros
en las calles va a decir: ´¡caballero, esto está cambiando!´”, aseveró.
“La dictadura cubana necesita desesperadamente todo lo que venga, todo lo que puedan robar, vender, para dar la impresión de un cambio”
Al cubano de a pie, metido en el sálvese quien pueda de todos los días, le importa un carajo este anuncio y es poco probable que pueda sacar provecho.
Tener un auto más o menos moderno ha sido, durante mucho tiempo, solo privilegio de los dirigentes políticos y gubernamentales.
El presidente del gobierno municipal o el primer secretario del partido comunista de Cuba, los “cuadros” y militares son los que se pasean por las “mugrientas y ahuecadas” calles de Cuba, mientras el pueblo anda a pie, en camello o en carretón de caballo.
Algunos deportistas son “recompensados” con modelos “de medio palo” e igual suerte corren médicos, macheteros destacados, así como artistas muy cercanos y devotos al régimen.
Lo que sí es cierto es que, con este regalito, Joe Biden sigue teniendo gestos con la dictadura que reprime, encarcela y mata, a la cual no le exige nada a cambio.
Redacción Cubanos por el Mundo
