La desastrosa “potencia médica” de Cuba sigue poniendo en peligro la salud de los habitantes, incluyendo a los niños, que ni siquiera están plenamente conscientes de toda la miseria que abunda a sus alrededores.
Eso le pasó a la cubana Geidy Fleites, quien a través de las redes sociales, relató toda la pesadilla que vivió con su pequeño gracias al maltrato de los “profesionales” de la salud en la isla.
“Mi niño, de dos añitos, se fracturó el pie derecho. Lo llevo al policlínico, logré hacerle una placa y, en efecto, debía dirigirme al hospital. Ya saben el tema de la ambulancia, y para no padecer de la incomodidad y desesperación de la espera y luego quedarme estancada en el hospital para poder regresar, tocó renta un carro”, comenzó diciendo esta madre cubana de Santa Clara.
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Todo parecía estar transcurriendo bien hasta que llegó al hospital, un lugar que ella misma catalogó de “desértico”. Fue entonces cuando comenzó la “potencia médica” a hacer lo que mejor sabe: perjudicar aún más a los enfermos.
“Para inmovilizar el pie de mi pequeño, necesitaba curar la quemada por rozadura del tobillo. El enfermero joven, robusto y ‘fortachón’, sostenía en sus manos un móvil y, cuando la técnica o estudiante (no lo sé) le explica que le iba a poner el yeso al pequeño que lo curara… ¡eso no se cura!”, exclamó Fleites.
Naturalmente, la reacción de la madre fue de asombro. Sin embargo, y tomando en cuenta la condición de su hijo, tuvo que pedirle al obstinado médico que al menos lo limpiara.
“De mala gana, tomó una torunda y agua; en dos segundos dio por terminada su función. Cuando llegamos a la consulta nuevamente, la doctora pidió muy amablemente un apósito para poderle poner el yeso, y otra negativa”.
Ante esta lamentable situación, Fleites confesó que se le salieron las lágrimas, para luego decirle a la doctora: “Usted sabe el sacrificio que hemos tenido que hacer para poder llegar aquí (…) ¿por qué tienen que pasar estas cosas?”.
De esta manera, los cubanos ya no saben si acudir a los hospitales para curar sus padecimientos y el de sus familiares, o buscar soluciones ellos mismos, para no poner las vidas en manos de la indolente “potencia médica”, que cada vez se supera y lo hace peor.
Redacción de Cubanos por el Mundo