Como el Chef Farándula sigue en la moda y como quiera que presuntamente sacó su lado más sucio, machista y misógino en contra de una locutora cubana en las redes sociales, me he visto en la imperiosa necesidad de seguir desenmascarando a este bandido que parece haberse entronado en las altas esferas de la crápula gobernante en Cuba, gracias a su concumitancia con Lis Cuesta. El gusto desenfrenado por el sexo los une más que todo.
Para muestra de vulgaridad basta leer las ofensas que el Chef Farándula le dedicó a la locutora de radio Marisela Alfonso Madrigal.
Hay quien alega que ese no es su perfil de Facebook, pero tampoco él ha salido a desmentirlo.
Y bueno, para muestra de lo enfermo que es por el sexo…, Bueno ya les haré ese cuento más adelante.
Este hombre, que a cada rato va a cocinarle a Lis en su casa – sí, en la casa de Díaz-Canel – y que le hornea día por día el pan al puesto a dedo, fue ganándose poco a poco amiguitos dentro del mundo de la farándula hasta que se coló, por una rendija.
Hay que decir que todo comenzó cuando llegó a La Habana y comenzó a desempeñarse como Jefe de Cocina de Meliá Hotels.
Amigos que han trabajado con él y lo conocen, aseguran que no es un mal chef, aunque no es la gran cosa del otro mundo. Eso sí, es ladino. Guataca, aprovechado y le gusta sacar ventaja de “favores” que hace.
Una de sus primeras parejas en La Habana, era cantante. Un chico. Tenía una voz de conejo atragantado en un vitrola, pero el Chef Farándula – que por ese entonces no tenía ese nombre – quería impulsarlo a como diera lugar y a la primera oportunidad que tuvo de conocer a artistas cubanos, trató de metérselo por los ojos a varios de ellos.
Sin embargo, el chico, como cantante era pésimo, y a pesar de que no pocos artistas “se comprometieron” luego de haberle aceptado una cena al Chef, nadie pudo darle cabida ni de corista en sus grupos, aunque una fuente asegura que sí, que “cantó una canción con Haila”, pero no puede precisar cual.
Ese amor se diluyó en el tiempo y el Chef Farándula terminó en brazos de otro mancebo. Un mancebo que Lester Hamlet, el realizador de videoclips, dicen, quiso tumbarle.
Cuenta una persona que viajó con ellos a Oriente, que Lester intentó tumbarle el jevito al chef Farándula, algo que no logró.
Fue en las fechas en que nacía un proyecto que nunca se concretó y que consistía en que el Chef Farándula viajase por cada provincia y conociese los platos autóctonos de cada región para entonces él reelaborarlos, hacerle una fusión o mejorarlos.
En ese viaje, en el que viajaron alrededor de 30 personas, el Chef Farándula se enteró que a Lester Hamlet le decían “La Piraña” y dicen que dijo: “Yo le voy a demostrar a él quien es la verdadera piraña”, luego de enterarse de que Lester quiso comerle el mantecao. Comenzarían así los problemas entre Lester Hamlet y el Chef Farándula, que terminaron con el exilio del primero.
El caso es que da la casualidad que Lester también tenía una pareja cantante. Y que también cantaba mal. Uno que metieron casi que a la cañona en el programa de Sonando en Cuba y que no pasó de la primera ronda.
El Chef Farándula se enteró de esto y logró que Haila María Mompié, la Diva del Pueblo Hambriento y Oprimido, le pusiera la piedra. Haila se prestó para, a espaldas de Hamlet, facilitarle o allanarle el camino al Chef Farándula para que lograse quitarle a Hamlet a su “Osito”. Que el nombre no me lo he inventado yo. Fuentes cercanas a toda esta tropa aseguran que Hamlet le decía así: “Mi Osito”.
El hecho fue que el Chef Farándula quería que el “Osito” – cuyo nombre no he podido averiguar por más que he intentado – visitase un “Club” que este Chef español tiene montado en el Vedado. Un club donde me aseguran que no faltan dos cosas: el alcohol y las pollas.
Todas las semanas se celebra una reunión de este Club. Las invitaciones son escogidas y te avisan por Whatsapp si eres seleccionado.
Uno no tiene manera de meterse dentro. No escoges ir. Te escogen. Alguien que te conoce te propone y te avisan. Si confirmas que vas, te mandan la ubicación del lugar. Si declinas, pues nada, no vas y ya.
Uno de los que fue a ese lugar le contó a una fuente, que la dirección que te mandan no es la del lugar exactamente, sino que es un lugar cerca.
A esa persona la citaron a un lugar, y le taparon los ojos. Caminó como dos cuadras o tres, subió tres o cuatro pisos y de pronto cuando iba a entrar al lugar le preguntaron si traía condón.
Él les dijo que no, y ellos le dijeron que era imprescindible traer el condón. Él les dijo que ni en los centros espirituales había condón, así que no pudo entrar.
Ahí mismo le taparon los ojos, lo sacaron de lo que debe ser un edificio, y luego de caminar un poco, le quitaron la venda.
“Lo único que pudo asegurar es que es en el Vedado. Parece de película, pero así fue,” cuenta nuestro informante.
Este informante le preguntó luego a la persona que había invitado a su amigo, pues entre los tres se conocen, y este le confirmó detalles de esas orgías que según este último, organiza el Chef Farándula.
Según le contó, en el lugar todos están desnudos. Algunos son conocidos entre ellos y otros no. Muchos son casados, ya sea con otro hombre o con una mujer.
“Ese día, el del cuento del condón, me dijo él, eran como 15. No había drogas o él no la vio, pero me dijo que aquello se puso muy caliente y que a él le dieron hasta por las orejas.
“Fue tan asqueroso su cuento, que más nunca se interesó en ir, así consiguiera el condón. Tampoco lo invitaron más.”
La fuente refiere que él no puede precisar de quién es la casa (o el apartamento) porque nunca estuvo dentro, pero asegura que su amigo le confirmó que quien organiza todo es el Chef y que también pone el refrigerio.
“Tampoco puedo decirte si es su casa, o la alquila. Yo lo que luego me puse a pensar y me dije que, si ese Chef está tan vinculado a Lis Cuesta, y es extranjero, seguro que tienen cámaras vigilándolos. Y va y hasta ellos filman lo que sucede ahí dentro, para chantajear a la gente.
“Nunca en mi vida estuve tan feliz de no haber llevado un condón,” dijo por su parte la persona invitada que no pudo entrar.
“Yo pensaba que era una fiesta “normal”. De gente gay, pero no lo que me contaron después.”
