La situación que presenta el gobierno cubano, representado por la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) y altos funcionarios como el exministro de cultura Abel Prieto, con relación al dúo Mala Fe, muestra una clara divergencia entre las prioridades gubernamentales y las necesidades esenciales de su pueblo.
En primer lugar, es revelador que la FEU esté organizando eventos de apoyo para el dúo musical Mala Fe tras la cancelación de sus conciertos en España. Este esfuerzo colectivo para apoyar a una banda de música, aunque en sí mismo no es censurable, plantea interrogantes cuando se realiza en un contexto donde hay carencias fundamentales de bienes y servicios básicos para la población. ¿No sería más beneficioso que la FEU y otras organizaciones gubernamentales se concentraran en mejorar las condiciones de vida de los estudiantes y del pueblo en general, en lugar de centrar sus esfuerzos en la promoción de un grupo musical? O… ¿en sumarlos a actividades de embellecimiento urbano?
Por ejemplo, la FEU de Guantánamo, bien que pudo sumar la fuerza de esos estudiantes en la recogida de mango, que ya sabemos se perdieron cientos de toneladas de ese producto, abarrotados y podridos en el campo, porque no hay “logística” para recogerlos.
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En segundo lugar, la defensa vehemente de altos funcionarios gubernamentales, como Abel Prieto, de las críticas y cancelaciones de los conciertos de Mala Fe en España, muestra un nivel de compromiso que podría ser mejor empleado en abordar los problemas internos del país.
La referencia de Prieto a las cancelaciones de conciertos como una “guerra sucia” es un indicativo de la hipérbole y el desplazamiento de atención que el gobierno está dispuesto a emplear para defender a los artistas que considera alineados con su ideología.
El hecho de que el gobierno esté dedicando tanto tiempo y recursos a defender y apoyar a Mala Fe, mientras deja sin abordar las necesidades básicas de su población, como alimentos y medicinas, es una clara indicación de una falta de priorización. Sería más provechoso para el pueblo cubano que sus líderes y organizaciones se enfocaran en mejorar las condiciones de vida y en garantizar el bienestar de su población, en lugar de gastar su energía en disputas culturales y musicales.
La cultura y el arte son, sin duda, aspectos cruciales de cualquier sociedad, pero cuando las necesidades básicas de la población no se satisfacen, el enfoque en el apoyo a los artistas puede percibirse como una distracción de los problemas más prensantes. En lugar de emplear su influencia para apoyar a un dúo musical, los líderes de Cuba podrían usar esa misma energía para apoyar a su pueblo, mejorando las infraestructuras, garantizando el acceso a alimentos y medicinas, y mejorando la calidad de vida general.