La ciudadana cubana Migdoris Rodríguez, residente del pueblo El Jamal, ubicado en el municipio guantanamero de Baracoa, denunció que, el Gobierno municipal renta una plaza pública a privados, quienes los fines de semana ponen música a todo volumen y cobran 150 pesos por dejar ingresar a las personas a la misma.
La antillana denunció ante el medio oficialista Juventud Rebelde que, ya “no se puede estar tranquilo dentro de la casa, de lo alta que la ponen. Hay personas mayores, niños y enfermos, y uno se queja, pero nadie responde. Y la ponen a todo volumen y hasta las tres o las cuatro de la mañana, desde las dos de la tarde”.
Rodríguez aseguró que, dentro de las viviendas cercanas a dicha plaza, las paredes tiemblan y los techos vibran, debido al alto volumen de la música. “El que no padece de los nervios ya va a padecer, así como están las cosas”, afirmó.
Por otra parte, denunció que, no hay donde quejarse ante esta situación que los aqueja, ya que solo hay “bolsillos llenos de dinero esperando que llegue el próximo viernes para seguir cobrando”.
Autoridades de Baracoa ignoran las denuncias de esta cubana
“No podemos más, alguien que nos diga qué hacer, y nos explique si este nivel de volumen de la música tan fuerte es permitido. Estamos preocupados por el destino de los jóvenes de nuestro barrio, si lo único que tenían era esa plaza, y ahora tienen que pagar cada vez que la cercan”, agregó.
Esta ciudadana cubana recordó que, el pasado mes de mayo, también denunció esta problemática a través de una carta, sin embargo, las deficientes autoridades castristas siguen ignorando sus reclamos.
Según la información suministrada por Rodríguez, hace algunos días denunció el problema ante el presidente del Consejo Popular, quien le afirmó que, estas personas podían poner “la música como ellos quisieran porque tenían un contrato”.
“A los 20 minutos de mi queja vinieron y les dije a los dueños que fui yo, y 30 minutos más tarde vinieron los dueños de la música con un bafle y me lo pusieron a unos tres metros de la portería de mi patio”, añadió.
Por último, la mujer aseguró que, ya es insostenible la situación, puesto que, tienen que aguantar la bulla desde las 11 de la mañana, hasta las tres o cuatro de la tarde.
Redacción de Cubanos por el Mundo