Si algo nos ha quedado claro tras las intensas lluvias en Cuba es lo bien comidos que están los dirigentes políticos y gubernamentales de la dictadura.
Bastaría con atender las imágenes de los reportes televisivos, no ya para reparar en el “esfuerzo” de estos “cuadros”, sino en su salud y su buen semblante.
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Desde cualquier nivel de dirección, un presidente de Asamblea Municipal, un Intendente, un Gobernador hasta un Ministro, ninguno pasa hambre como el cubano de a pie.
El show Hola! Ota-Ola habría inaugurado hace ya tiempo un segmento titulado “Mi dirigente gordo”, que bien pudiera retomarse en la actualidad.
La materia prima para esta sección está en los recientes reportes de las intensas lluvias que han dejado inundaciones, severos daños y muertes en Cuba.
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Los periodistas oficialistas y sus camarógrafos no esconden estas anatomías, primero porque sería tapar el sol con un dedo (nunca mejor escrito).
Y segundo, porque si los “pinchos” no salen en el Menticiero, al lado del pueblo, en medio de las dificultades, bla bla bla, se estaría incumpliendo la política editorial del aparato propagandístico del castrismo.
Secretarios y Ministros mueleros se llevan el “Premio Gordo” tras las copiosas lluvias
El ahora dictador en jefe, Miguel Mario Díaz-Canel, ocupado con sus amos de Rusia y China, envió al oriente cubano a un grupo de dirigentes.
Todos ellos, bien comidos, compiten entre sí, no para demostrar su apoyo y ayuda a los damnificados, sino para dejar claro quién es la talla XLLL.

El vice primer ministro Jorge Luis Tapia Fonseca le echa un pulso a Betsy Díaz Velázquez, ministra de Comercio Interior (Mincin), enviada a la provincia Granma.
Pero la competencia dura está entre el primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Camagüey y uno de los miembros del Secretariado del Comité Central.
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Federico González, el diputado menos votado de Camagüey en la farsa electoral reciente y Félix Duarte Ortega, jefe del Departamento Agroalimentario (el de las dos fotos de más arriba), son los ganadores del Top Ten.
Si usted ha llegado a este párrafo, coincidirá conmigo en que estas contingencias climatológicas en Cuba, le sirven al régimen para apalancarse y aplaudir a su Defensa Civil.
Los titulares y textos periodísticos no dicen: “Llega la harina a Niquero tras las inundaciones”, más bien “el vice primer ministro Jorge Luis Tapia, con varios ministros, se instaló en la zona de más peligro”, como menciona una nota del oficialista Granma.
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El pueblo cubano sabe de sobra que después de este cacareo mediático, no llegan las tejas, ni los frijoles, ni las aspirinas, y de esto pueden dar fe los damnificados de los huracanes.
Probablemente, así les sucederá a los residentes de Camagüey y la parte más oriental de Cuba, tras el paso de este “ciclón sin ráfagas de viento”.
Además de destrozos y tristeza, el fenómeno hidrometeorológico trajo también muela bizca de los dirigentes gordos, demagogos y enchufados, que posiblemente dejaron dicho a los vecinos que “nadie quedará desamparado” tras esta tragedia.
Redacción Cubanos por el Mundo