Una cubana residente en España denunció las terribles condiciones en las que “vive” su madre dentro de su casa, en Granma, cuya construcción se encuentra sumamente deteriorada y por ende, su vida está en peligro.
La información fue compartida por el periodista Alberto Arego en sus redes sociales luego de conversar con las víctimas de esta miseria provocada por la dictadura.
“Es una anciana de 88 años. Ella está ciega y apenas oye. Con ella vive mi hermano, mayor de 67 años; una hermana mayor con su hija y un nieto de mi hermana. Mis dos hermanos están enfermos y mi sobrina está sin ayuda de nada y de nadie. Al esposo lo cogieron preso y tuvo que irse con ellos con el niño. Ellos compraron la casa donde viven y cuando la compraron no sabían que era un medio básico del Estado”, se lee en la publicación.
La cubana añadió que la casa prácticamente se está cayendo, lo que representa un serio peligro para todos los que ahí residen. Sin embargo, esto no le interesa a la dictadura, tal y como ha sucedido con miles de casos alrededor de la isla.
“En cualquier momento los va a sepultar a todos, qué Dios me los ampare. Yo vivo en España, pero no tengo cómo ayudarle. Tengo 62 años y estoy enferma de fibromialgia, obstrucción de ligamentos y cartílagos. Estoy casi incapacitada para todo”, dijo la fuente.
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En tal sentido, la mujer expresó su preocupación por la miseria que está soportando su familia en Granma, misma que empeora con el pasar de los días.
“Solo la fe que tengo y que tenemos está haciendo un milagro con ellos. Fue una señora a la casa y en ese momento estaba mi madre y una sobrina mía. La señora le pidió los papeles de la casa y se los llevó y más nunca se los entregó”.
Trascendió que los afectados llevan mucho tiempo denunciando esta situación ante las autoridades (in)competentes, pero sin recibir ninguna respuesta satisfactoria.
“Llevan muchos años detrás de Vivienda para que vayan a ver la situación que tienen y no han hecho nada. Sin embargo, hay personas con menos necesidad y ya le han hecho las casas”, concluyó.
Mientras el régimen sigue malgastando el dinero en la construcción de hoteles para atraer a turistas, los habitantes tanto de Granma como de toda la isla siguen viendo con terror cómo sus casas – ese único lugar que tienen para refugiarse – se vienen abajo.
Redacción de Cubanos por el Mundo