El asesino de la joven cubana Rosmery Ponce Peña, cuyo crimen fue cometido hace poco más de una semana, finalmente se entregó a las autoridades de Güines, en la provincia de Mayabeque.
El autor del crimen fue identificado como José Luis Domínguez Velázquez quien, como se recordará, el pasado 10 de julio decidió arrebatarle la vida a la joven madre con un arma de fuego.
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Según reportó el medio independiente 14yMedio, el homicida se entregó a la policía durante la noche del pasado sábado. Dicha acción generó cierto alivio a la familia de Rosmery, que también había sido amenazada por el presunto delincuente.
Pero como en Cuba no todo es color de rosa, la familia de la víctima ni siquiera se enteró del arresto hasta que ellos mismos llamaron a la estación de policía.
“No me dieron ninguna explicación de por qué no nos avisaron y nos han hecho vivir estos dos días de terror, temiendo que en cualquier momento entrara por esa puerta y nos matara”, dijo Yesmely Peña Rondón, tía de Rosmery, al medio citado.
Tanto Yesmely, como su madre y su sobrino, se mantuvieron escondidos dentro de un cuarto de su casa durante varios días para evitar cualquier arremetida del sujeto. Por supuesto, hicieron la denuncia y a ninguna “autoridad” le importó el caso.
“Mi hermana recibió hoy la noticia del arresto con alivio, empezó a llorar y a dar gritos, quiere ir para el lugar donde él está detenido, pero estamos preparándola para ese momento”, acotó.
La familia de la joven cubana espera que al homicida se le condené con cadena perpetua. “Tiene que pagar”, sentenció.
En cuanto al crimen, la familia de Rosmery aseguró que este fue calculado, indicando que el sujeto esperó a que la víctima estuviera con una amiga para dispararle en la cabeza a través de una ventana.
El asesinato a sangre de fría de Rosmery se produjo luego de que ella misma decidiera romper la relación con su victimario, a quien tildan de maltratador.
La joven cubana simplemente quería “reconstruir su vida”, al punto de que estaba buscando trabajo para seguir adelante y olvidar toda la pesadilla que sufrió en el pasado.
Ahora, sus seres queridos solo esperan que las autoridades (poco confiables) de la isla hagan caer todo el peso de la ley a ese individuo que no tenía ningún derecho para truncar sus sueños.
Redacción de Cubanos por el Mundo