La “potencia médica” sigue poniendo en serio peligro la vida de los habitantes de la isla, y así lo evidenció el activista cubano, Raúl González, desde un hospital de la provincia de Cienfuegos.
González, en una directa en redes sociales, aseguró que, en el Hospital General Universitario Dr. Gustavo Aldereguía Lima, “lo están asesinando lentamente”, luego de haber ingresado a dicha institución por problemas en el corazón.
Su testimonio afirma que en el hospital ni siquiera había medicamentos para calmar su dolor, siendo diclofenaco lo único que le inyectaron.
“Me están asesinando lentamente. La dictadura me está asesinando aquí. De esta yo no salgo, de aquí es para el cementerio”, fueron las duras palabras del activista cubano durante su directa.
Entretanto, la esposa de González también denunció esta pésima atención médica, asegurando la ausencia del fármaco “petidina” y que la morfina luego de hacerle reacción, lógicamente, no podía volver a ponerse.
“No hay ningún medicamento para quitar el dolor. Ayer se pasó todo el día con un fuerte dolor todavía en el pecho”, dijo.
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Casos como el de este activista cubano se presentan a menudo en la isla de la “potencia médica”, esa que tanto pregona a los cuatro vientos la dictadura castrista con el objetivo de seguir llenándose los bolsillos con los padecimientos del pueblo.
Día tras día, el cubano de a pie debe enfrentarse a la terrible crisis de medicamentos, falta de ambulancias, pésimas condiciones en los hospitales y, por si fuera poco, el maltrato de algunos “profesionales” de la salud, cuya empatía brilla por su ausencia.
Además, deben lidiar con la escasez de medicamentos y hasta de agua, lo que convierte la supervivencia dentro del país en una labor titánica.
Redacción de Cubanos por el Mundo