En la isla comunista, los habitantes no pueden comerse ni siquiera un pedazo de pan “decente”, y así lo evidenciaron desde la provincia de Matanzas, donde el “alimento” lo único que provoca es asco.
En las redes sociales, residentes de esa región de Cuba lamentaron el pésimo estado en el que deben consumir el pan, el cual, por supuesto, adquieren en las bodegas.
Tristemente, los niños, esos que desde su nacimiento deben lidiar con la terrible miseria impuesta por el régimen castrista, no tienen otra opción que introducir dicha “comida en sus cuerpos”. Eso, o morir de hambre.
“Mi gente… ¿ustedes creen que esto es un pan para darlo en la bodega de su pueblo? Lo acabo de comprar en la bodega para que mi nieta tenga qué desayunar y me encuentro con esto. Qué vida más miserable la de un cubano”, fueron las duras palabras de una habitante del municipio Jagüey Grande.
Entretanto, otro residente de la provincia opinó, de forma contundente, que “no es digno” el pan que se le brinda a la población – especialmente a niños y a esas personas que trabajan duro – y calificó de “desvergonzado” a quien no se atreva a reconocerlo.
“Quien no reconozca que el pan que se brinda a la población, al cubano trabajador, a los niños, no es digno, y mucho menos merecido por el pueblo sacrificado y trabajador por su pésima calidad, en muchísimas ocasiones es un desvergonzado y una persona desprendida de valores humanos y de verdaderos principios. Justificar lo malo en muchas ocasiones es de cobardes y un sentimiento muy ruin”, sentenció.
Lamentablemente, la mala situación con el pan se presenta en cada rincón de la mayor de las Antillas, y mientras esto ocurre, la tiranía se sigue burlando descaradamente de unos cubanos que deben arreglárselas para no morir de hambre.
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Redacción de Cubanos por el Mundo