En una escena que combina la cultura cubana y la vida moderna de Miami, un grupo de nueve choferes cubanos de Uber fueron sorprendidos en el Aeropuerto Internacional de Miami, jugando dominó – o haciendo la cola para jugar – mientras esperan a sus próximos clientes.
Sentados en cajas improvisadas como asientos, sillas o en bancos, los cubanos se relajan y disfrutan del juego frente a una máquina expendedora de refrescos de Pepsi-Cola. El ambiente es animado, aunque no exento de malas palabras y risas.
El video fue grabado por otro chofer de Uber, americano, que asegura que eso es lo que hacen los cubanos mientras esperan porque les toque un viajecito en el Aeropuerto de Miami.
Lo extraño de la escena es que, al verla, uno se puede dar perfectamente cuenta de dos cosas:
Una, que la han vivido muchos, es que en ocasiones, estando Ud. en el Aeropuerto de Miami, solicita un Uber y el que le asigna la plataforma se demora hasta 15 minutos en llegar, a pesar de que Ud., mientras espera, ve desfilar por delante otros tantos carros del servicio de Uber vacíos. Debe ser que “la demora” es porque le ha tocado uno de esos que están jugando dominó, que tiene que pararse, ir al carro, montarse e ir a recogerlo. ¡Y ojo! ¡¿Quién quita que no quiera terminar la data primero?!
Dos, si Ud. vive en Miami y está casado(a) con un(a) chófer de Uber, y le dice que el dinero estuvo flojo este mes, dese un saltico por el Aeropuerto. Tal vez sorprenda a su pareja no luchando el dinero, no siéndole infiel, sino jugando al dominó.
Para estos choferes, muchos de los cuales emigraron de Cuba, el dominó es más que un simple juego; es una parte integral de su cultura y una forma de mantenerse conectados con sus raíces.
En Cuba, el dominó se juega en las calles, en las casas y en los parques. Es un juego que trasciende generaciones y es una fuente de comunidad y conexión. Aquí, en el corazón del aeropuerto más concurrido de Florida, el juego sirve como un recordatorio de la vida en su país natal y como una forma de matar el tiempo entre viajes.
El escenario en el que estos choferes se encuentran es especialmente significativo dado el auge que ha experimentado el Aeropuerto Internacional de Miami en los últimos tres años. Con un aumento en el tráfico de pasajeros y vuelos internacionales, el aeropuerto se ha convertido en un centro neurálgico para viajeros de todo el mundo. Este incremento en la actividad ha llevado a una demanda más alta de servicios de transporte como Uber, lo que a su vez ha beneficiado a los conductores.
Sin embargo, este auge también ha tenido sus desafíos. La alta demanda de servicios de Uber ha llevado a un aumento en los precios para los pasajeros. Lo que antes era una opción asequible para moverse por la ciudad se ha convertido en un lujo para muchos. Los conductores, por su parte, han visto cómo sus ingresos han aumentado, pero también cómo la competencia se ha vuelto más feroz.
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