La triste realidad de la miseria y la deplorable calidad de los funerales en Cuba ha salido a la luz, exponiendo cómo el régimen castrista continúa tratando al pueblo cubano con desprecio, incluso después de la muerte.
Un reciente funeral en Jiguaní, provincia de Granma, Cuba, revela la humillación y el abuso que persisten bajo la dictadura castrista.
Cabe recordar que hace un par de meses, se informó el cobro de tarifas por servicios necrológicos en Cuba, pero esta decisión se justifica oficialmente como una medida para aliviar la carga financiera del Estado y, supuestamente, mejorar la eficiencia de ciertos servicios funerarios.
Sin embargo, esta iniciativa refleja como la dictadura se sigue burlando de sus ciudadanos, sin resolver ninguno de sus problemas.
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Cuba se encuentra en un estado lamentable, donde nada funciona como debería. La educación, la atención médica, el deporte, las telecomunicaciones y todas las supuestas victorias de la revolución cubana están en franca decadencia, a pesar de la retórica propagandística que los líderes del régimen difunden en todo el mundo.
Según las declaraciones de Yoel Aquiles Martínez, director de la recién creada Unidad Provincial de Servicios Necrológicos, esta entidad se encargará de supervisar las 24 funerarias y capillas existentes en el territorio. Cabe señalar que algunos servicios, como la cremación de cadáveres y el traslado de fallecidos a otras provincias, ya se cobraban previamente.
El Estado, que ha demostrado ser un auténtico “Estado Fallido”, mantendrá la prestación gratuita de ciertos servicios funerarios, como la entrega de ataúdes, el transporte desde el domicilio o el hospital hasta la funeraria o capilla, el suministro de combustible para estas actividades y la preparación del cadáver.
Sin embargo, esta medida no puede ocultar la evidente decadencia que ha afectado a todos los aspectos de la vida cubana bajo el régimen castrista.
Redacción Cubanos por el Mundo
