Mientras la violencia vinculada al narcotráfico aumenta en Ecuador y las crisis económicas y de seguridad se agudizan en Sudamérica, más migrantes arriesgan sus vidas cruzando por la selva del Darién, en la frontera de Colombia y Panamá. Y entre ellos, a pesar de que Nicaragua tiene puertas abiertas sin necesidad de visas para ellos, están los cubanos.
Una investigación de OjoPúblico ha identificado que entre enero del 2020 y julio de este año, el número de migrantes de Ecuador (64.677), Chile (15.678), Colombia (13.541), Perú (3.200) y Brasil (14.889) que ha cruzado el Darién ha ido en aumento y ya representa la mitad de todos.
El aumento del crimen ligado al narcotráfico en Ecuador ha impulsado la emigración ecuatoriana en la región, haciendo que muchos tomen una de las rutas más arriesgadas para llegar a Estados Unidos: la selva tropical del Darién. Según el gobierno de Panamá, solo entre enero y agosto de este año más de 320.000 personas han realizado esta travesía, superando todo el 2022, cuando alrededor de 250.000 personas lo atravesaron.
Los migrantes de Ecuador, enfrentando una ola de violencia impulsada por el narcotráfico, conforman el tercer grupo más grande que ha transitado de forma irregular por el Darién en ese lapso de tiempo, con 64.677 personas. Los cubanos ocupan el cuarto lugar con 24.806 personas, seguidos por chilenos, brasileños, y colombianos. Perú ocupa el puesto 13, con 3.200 personas.
La migración de peruanos a través de Panamá es también una tendencia muy reciente. En el 2020 se registró solo a cuatro migrantes pasando por el Darién; y en el 2021, a ninguno. Los números comenzaron a subir de mayo a noviembre del año pasado, coincidiendo con el freno del crecimiento económico en el Perú y el incremento de la tasa de pobreza tras la pandemia.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) ha constatado esta información, y sus voluntarios brindan servicios a los migrantes que cruzan por el Darién. Según Acnur, las personas ecuatorianas decidieron tomar la ruta del Darién por el creciente número de restricciones que han sido impuestas a los nacionales de Ecuador para viajar a los países de Centroamérica.
El gobierno estadounidense no puede deportar a una persona mientras se evalúa su solicitud de asilo, siempre y cuando la persona cumpla con las leyes y se presente a sus audiencias. Sin embargo, en mayo de este año, el presidente Joe Biden implementó nuevas restricciones para impedir que los migrantes que entren al país irregularmente puedan solicitar el asilo.
Mientras tanto, en la frontera de Colombia y Panamá, la situación de los migrantes sudamericanos que cruzan por el Darién se ha agravado a tal punto que las autoridades en Panamá se han planteado aumentar la deportación a los migrantes. El flujo de migrantes diario por el Darién, según Juan Manuel Pino, ministro de Seguridad de Panamá, está entre 2.500 a 3.000 personas.
Así lo recoge también en una nota Eje21, donde señala que “se estima que no menos de 3 mil personas atraviesan a diario la espesa selva, cuya travesía comienza desde Necoclí, Antioquia y Acandí, Chocó.”
El texto cita al más reciente informe de la Agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, donde “aparecen 110 millones de refugiados y desplazados a consecuencia de las violaciones de los derechos humanos, las guerras, las persecuciones y la violencia.”
“De estas, dice el artículo, el 82.2% de las personas proceden de 9 naciones; Siria, Venezuela, Afganistán, Sudán, Myanmar, Somalia, República Democrática del Congo, República Centro Africana y Eritrea.“
Y nos revela una verdad escandalosa:
“Después de Siria, Venezuela representa el éxodo más numeroso del mundo, con más de 7.9 millones de personas que la han abandonado, concentrándose el 97% en América Latina y el Caribe. Colombia es hoy el principal receptor con más de dos millones y medio de personas, seguido de Chile, Ecuador y Perú. “
Y agrega más adelante:
“En lo que va corrido del presente año, cerca de 400 mil migrantes han cruzado el Darién, por la inhóspita selva que separa a Colombia y Panamá, según las autoridades de este país. Una verdadera marejada humana que atraviesa el Tapón, en su inmensa mayoría venezolanos, que junto a migrantes cubanos y haitianos, están a merced de grupos criminales que operan con total impunidad, pues cada paso en la selva es una oportunidad de hacer dinero, aprovechando la única ruta terrestre hacia Estados Unidos, a través de Centro América. “
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