En un intento desesperado por llamar la atención sobre la crítica situación de los niños en Cuba, el Dr. Lucio Enriquez ha denunciado públicamente la aparente inacción y falta de respuesta de la UNICEF en el país. Durante semanas, el Dr. Enriquez ha intentado sin éxito comunicarse con Alejandra Trosero, representante de la UNICEF en Cuba, para discutir casos urgentes de niños en peligro, pero sus esfuerzos han sido en vano.
“¿Para qué está el teléfono? ¿Para qué ustedes ponen los teléfonos si no van a responder?”, cuestiona el Dr. Enriquez, visiblemente frustrado por la falta de respuesta. Según él, ha enviado cientos de correos electrónicos y realizado innumerables llamadas, todas sin respuesta. Esta falta de comunicación ha llevado al Dr. Enriquez a cuestionar la eficacia y la autenticidad de la presencia de la UNICEF en Cuba.
En una llamada reciente, grabada y compartida públicamente, se escucha al Dr. Enriquez buscando respuestas, pero solo recibe evasivas. La persona al otro lado de la línea se niega a identificarse y declara que no puede ponerlo en contacto con Trosero ni tomar nota de su denuncia. “¿Cómo se hace para que los niños en Cuba sean atendidos?”, pregunta él, buscando desesperadamente una manera de ayudar.
El Dr. Enriquez acusa a la UNICEF en Cuba de ser un “fraude” y de robarse el dinero destinado a los niños cubanos. Menciona una suma de dos millones y medio de dólares recibidos el año pasado, cuestionando dónde está ese dinero si no se ve reflejado en acciones concretas en el terreno.
“La UNICEF en Cuba es una mentira”, afirmó con indignación el galeno. “Todo lo que escriben en su página web es mentira, parece un cuento de hadas”. Con esta denuncia pública, el Dr. Enríquez espera llamar la atención sobre la situación y provocar una respuesta de la organización, que, según él, ha ignorado completamente sus intentos de diálogo y las necesidades urgentes de los niños en Cuba.
Esta situación ha generado una ola de críticas y cuestionamientos sobre la transparencia y la responsabilidad de las organizaciones internacionales en el país, especialmente aquellas encargadas de proteger a los más vulnerables. La comunidad internacional espera ahora una respuesta clara y acciones concretas por parte de la UNICEF y otras entidades involucradas en el bienestar de los niños cubanos.