¿Alguna vez te has preguntado cómo sería una telenovela revolucionaria con un toque de sarcasmo, chantage y la realidad más cruda? ¡No busques más, porque la vida real ha superado la ficción en el último escándalo salido de las entrañas de Cubavisión y revelaciones exclusivas a este servidor, Sergio Prado, el Rey del Chuchuchú! Un destape en el que Rafael Ynsua, el ex director de Cubavisión es otra vez protagonista porque quiso manejar los hilos… y no precisamente los de la programación televisiva.
Ynsua, conocido por su “generosidad” en ofrecer cambios de plaza y oportunidades de superación, tenía un método muy particular para seleccionar a sus candidatos, según me contó en exclusiva uno que iba a ser su subordinado. Nada de currículums impresionantes o talentos extraordinarios, ¡qué va! Su criterio se basaba en algo mucho más… íntimo. ¿La entrevista? Un encuentro en la encrucijada del chantaje, y no precisamente para hablar de guiones, puestas en escenas, presupuestos, programación…
Eyder Pérez, valiente joven guionista que alguna vez fue aspirante a una de estas “plazas exclusivas”, en las que se superaría, y subiría su salario, ha compartido su experiencia en este thriller de la vida real.
Según Pérez, allá por el año 95 y por la selva del Mayarí, perdón, quise decir por 23 y M, Ynsua le ofreció el cielo y las estrellas, con una plaza codiciada. Eso sí, había una condición: un encuentro privado en un lugar donde pechito con pechito frotarían sus cuerpos.
O sea, que “le entrara” y no precisamente por Infanta (con dinero), sino “de espaldas y enjabonao”.
El joven asegura que al escuchar tal proposición indecente, digna de emular con la que le hiciera Robert Redford a Demi Moore y Woody Harrelson en la película Indecent Proposal de 1993, su respuesta no se hizo esperar.
“Me paré del asiento y le dije: No te parto la cara aquí mismo, te entro a patá y te saco por ese pasillo arrastrao, porque yo no merezco embarrarme por una rata como tú“, cuenta el joven.
Eyder asegura que intentará conseguir más testimonios similares, pues “ese descarado se dedicaba a eso”, afirmó.
¡Ay, chico! ¡Y con lo revolucionario que se hacía! ¿Verdad? ¿Será que la Revolución no entiende de decencias? ¿O que estos indecentes pululan dentro de la Revolución?
A Ynsua no le hemos podido preguntar si esta acusación es falsa o cierta, pues recordemos que al comienzo de esta temporada, él salió de Cuba, presuntamente llevándose consigo no solo sus secretos más íntimos y vergonzosos, sino también miles de pesos; y dejando atrás también un legado de corrupción y escándalos.
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Su destino: México, ya sabemos que está ahí, pero con la mira puesta en los Estados Unidos.
¿Busca Ynsua la oportunidad de un “cambio de plaza” en el imperio o simplemente está huyendo de los reflectores político-ideológicos que una vez tanto amó?
Sin embargo, esta historia, triste, que continúa desarrollándose, nos deja preguntándonos:
¿Cuántos más como Eyder habrán enfrentado las propuestas indecorosas de Ynsua? ¿Qué les deparó el destino tras haberse negado al sucusucu con el infame Ynsua? En esta telenovela de la vida real, cada episodio está lleno de sorpresas. Unas tristes y dolorosas, con los débiles por el suelo y los hábiles lamebotas como este ex director de Cubavisión triunfando.
Manténganse al tanto, queridos espectadores, porque esta historia está lejos de su gran final. Y recuerden, en el mundo del espectáculo y la vida, a veces la realidad supera por mucho a la ficción.
¡Hasta la próxima en este drama sin fin de tan odiado personaje!