En un mundo donde la transparencia y la veracidad de la información son esenciales, los medios oficialistas cubanos parecen estar atrapados en un bucle temporal, repitiendo las mismas narrativas y cifras infladas sobre los daños del “bloqueo” estadounidense. Antes de sumergirnos en el análisis, es crucial aclarar un punto: lo que Cuba enfrenta no es un “bloqueo”, sino un “embargo”. Esta distinción no es mera palabrería; tiene implicaciones reales y prácticas que afectan la percepción y la realidad de la situación.
El diario Juventud Rebelde, en sus recientes publicaciones, ha presentado cifras que, aunque impactantes a primera vista, carecen de contexto y verificación independiente. En uno de ellos afirma que el país pierde más de medio millón de dólares por hora debido al embargo.
En otro, afirma que “solo 12 horas sin embargo, Cuba podría reparar todas sus escuelas”, es una exageración que roza lo absurdo. Si el gobierno cubano tuviera tal capacidad de movilización y gestión, ¿por qué no ha tomado medidas internas para mejorar la educación y otros servicios esenciales en la isla? ¿Por qué no se ha buscado diversificar la economía, promover la inversión extranjera y fomentar la iniciativa privada?
Por su parte, otro reporte del principal vocero oficialista, Granma, señala que los daños acumulados entre marzo de 2022 y febrero de 2023 en Cuba ascienden a 3 081,3 millones de dólares.
Estas cifras, si se toman al pie de la letra, pintarían un panorama desolador. Sin embargo, es esencial preguntarse: ¿De dónde provienen estas cifras? ¿Cómo se calculan? ¿Qué metodología se utiliza?
Y es que, tal vez Ud., al igual que yo, lo ha notado. ¡Ni siquiera se ponen de acuerdo para mentir!
Esto dice Granma, que cita el informe de Cuba en virtud de la resolución 77/7 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, titulado Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba. Que es el mismo informe que sirve como fuente al Juventud Rebelde.
Y esto dice Juventud Rebelde:
Ni siquiera son buenos tampoco en Matemáticas esta gentuza del Juventud Rebelde, porque 13 000 000 entre 22, arroja 541,666.6666666667 y no “más de 555 000” como afirman ellos. A no ser que el día en Cuba tenga menos horas que en el resto del planeta; cosa esta que también es falsa, porque si no, los cubanos sufrirían menos.
Es innegable que el embargo ha tenido un impacto en la economía cubana. Sin embargo, atribuir todos los problemas económicos y sociales de Cuba exclusivamente al embargo es una simplificación que ignora décadas de políticas internas fallidas, falta de reformas estructurales y represión de la iniciativa privada. La realidad es que el embargo es solo una pieza en el complejo rompecabezas de los desafíos que enfrenta Cuba.
Los medios cubanos y el gobierno harían bien en adoptar un enfoque más autocrítico y reflexivo. Y sacar mejores cuentas. O hacer mejor el cuento.
En lugar de buscar chivos expiatorios externos, sería más productivo reconocer las deficiencias internas y trabajar hacia soluciones sostenibles. La transparencia, la apertura económica y el respeto a los derechos humanos no solo mejorarían la calidad de vida de los cubanos, sino que también fortalecerían la posición de Cuba en el escenario internacional.
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